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Ademar barrió de la pista al Celje más flojo que ha pasado por León

León deja casi sentenciado el acceso a los cuartos de final de la Copa de Europa sólo con la ida

León

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«A Celje traed el Ademar femenino. Así, por lo menos veremos algo». La reducida prole de periodistas eslovenos que no pudo viajar a León con su equipo, se reunió en una pizzería de su ciudad para ver por televisión el partido, y decidió ponerle un toque socarrón a la monumental paliza que atizó León al campeón de la Liga de aquel país al que, por vez primera en toda su historia, Ademar acude en condiciones más que reales de eliminar a su oponente más reiterado de la competición continental. Al primer cuartofinalista medianamente claro que presenta la Copa de Europa, le bastó con defender fuerte en el primer cuarto de hora, ampararse en las excelencias de Kasper primero y Jorge Martínez después, dejar hacer a Raúl Entrerríos en la creación y a Colón en la finalización de los seis metros, y hacer valer ese pozo sin fondo que es su físico, para ganar por rotaciones a los siete únicos jugadores de valía que presenta Celje. El sempiterno campeón de Eslovenia perdió además a Rutenka y Natek por lesión en 31 minutos y psicológicamente se vino abajo. Ni siquiera el gran Peric aguantó bajo palos el efecto del empuje creciente al que se dio el equipo de Cadenas, en cuyo cupo de grandes pifias de la tarde figuran al menos tres superioridades jugadas con una falta de criterio tan absoluta que Pivovarna Lasko llegó a reducir las desventajas hasta en dos goles en algún caso. Para alcanzar por primera vez los cinco goles de colchón que se consideraban implícitamente renta básica necesaria con la que viajar al partido de vuelta, Ademar tan sólo tuvo que emplear 12 minutos (7-2). Sintomático. En los momentos en los que el agobio local era más asfixiante, al técnico foráneo ya no le quedaba el recurso de parar el partido, después de quemar su time-out inicial a los 9 minutos, y a la media parte (17-10) creció la sensación de que el partido de vuelta podía quedar convertido en un ejercicio de relaciones públicas internacionales, y poco más. Ademar se fue directo a por la barrera psicológica de los 10 goles. Esa tardó más en caer (29-19, min 49) y a partir de ahí, el choque se convirtió en un festival monocorde de color blanco. En la última empresa de la tarde, León entró en la dinámica de jugar a marcador alto, por si vienen mal dadas.