La reacción de la Deportiva llega demasiado tarde en casa del líder (1-0)
Los bercianos encajan otro gol en una estrategia y suman su segunda derrota consecutiva
La Deportiva encajó en Miranda de Ebro la segunda derrota consecutiva y se aleja un poquito de los puestos de promoción de ascenso. Un gol tempranero materializado por Rebollo sirvió a los de Lucas para hacerse con los tres puntos, sabiendo defender con uñas y dientes su botín, contando además con la ayuda suplementaria de una afición ejemplar, en un campo que se ajusta como anillo al dedo a sus características y con un árbitro que permitió toda suerte de triquiñuelas a los locales y terminó por desquiciar a los blanquiazules. No es Anduva un campo propicio para el fútbol de la Ponferradina, todo lo contrario que para un Mirandés que ha logrado conjuntar una escuadra de gladiadores que se emplean sin respiro de principio a fin y que no dudan en abusar del fútbol directo para llevar peligro al marco enemigo sobre una superficie de reducidas dimensiones. Si a eso se añade que los discípulos de Félix Arnaiz Lucas son capaces de sacar petróleo de las acciones de estrategia, en las mismas que hacen flaquear a los de Tomé, pues el resultado es que ganar en Anduva está al alcance de muy pocos equipos. Si además, los blanquiazules fueron incapaces de convertir las escasísimas ocasiones que se le presentaron, pues las cosas se ponen casi imposibles para puntuar. Por si no fuera suficiente con todo lo anterior, hubo de por medio un trío arbitral que nunca supo imponerse en un partido que interrumpieron constantemente, desquiciando a los visitantes que veían como todo jugaba a favor de los rojillos. Pero sería injusto no destacar a la afición mirandesa como una de las claves de la victoria, porque son un ejemplo de cómo se debe animar sin desmayo durante 95 minutos, insistiendo más cuando sus jugadores más lo necesitan. El Mirandés es líder por merecimientos propios en una categoría donde su fútbol rudimentario es fundamental para agobiar a los rivales. La Deportiva empezó amagando con un lanzamiento lejano de Gonzalo, que desvió bien Tito Subero. Pero poco tiempo después llegó el gol que decidiría el choque. El Mirandés bota su primer córner y lo hace hacia el primer palo, donde toca con la testa Iván Agustín hacia atrás y allí aparece Rebollo para empujar a la red, totalmente solo, también de cabeza. Otra vez la Deportiva era víctima de una acción de estrategia, sólo que esta vez la cosa se antojaba complicada de contrarrestar, dadas las circunstacias que rodeaban el partido. La Deportiva llevaba la iniciativa, en un dominio engañoso porque era el propio Mirandés el que aceptaba de buen grado esa tesitura para buscar los contragolpes con los peligrosos Gallo y Rebollo, que trajeron en jaque a la zaga visitante. Lanza buscó el empate con disparo lejano, ya que aquella parecía la manera más lógica de intentar superar a Tito Subero, bien protegido por la mayoría de sus compañeros. El primer tiempo no dio para mucho más y la segunda mitad resultó mucho más vistosa para el público, aunque sólo fuera por la emoción de un resultado que parecía inestable. Ya por entonces, el árbitro había empezado a dejar su tarjeta de visita, expulsando a Nistal con una roja directa por un supuesto insulto desde el banquillo. Mientras tanto, Rebollo seguía amenazando a Rubio, aunque el madrileño respondió con acierto esta vez. Buscaba la sentencia el Mirandés y Rodri cabeceó en plancha tras un córner, salvando Soto bajo los palos. En el tramo final, Tomé sacrificó al propio Soto para dar entrada a Cascallar y antes Davinchi había reemplazado a Igor. El técnico visitante ponía toda la carne en el asador y la cosa daba buenos resultados porque los blanquiazules pusieron cerco al portal de Tito. Sin embargo, el meta detuvo un cabezazo de Alejandro que podía haber significado el empate y antes Soto también pudo marcar en un balón aéreo que salió fuera por poco. Casi en el último suspiro, Gámiz tuvo la mejor ocasión de los bercianos, pero su testarazo a centro de Cascallar, se perdió también junto al poste de los locales.