El Athletic corta la mala racha y regresa a los puestos europeos (2-1)

El Athletic Club cortó con una victoria por 2-1 al Sevilla su mala racha de los últimos partidos y regresó a los puestos europeos en los que se encontraba hace quince días, si bien ahora está en Uefa y hace dos semanas en Liga de Campeones. El equipo bilbaíno volvió a la senda de los triunfos en un choque en el que se vio obligado a remontar un tanto fulgurante del rival y en el que ocurrieron muchas cosas, entre ellas las típicas acciones que se producen cuando un encuentro discurre por los cauces que persiguen la agresividad y el ímpetu de Darío Silva. El Sevilla con la derrota de ayer se ve frenado tras dos victorias y queda un tanto descolgado de la lucha por meterse en la zona privilegiada de la clasificación. El partido comenzó de manera casi increíble para el Athletic, ya que a pesar de disponer del saque inicial para el medio minuto de choque ya tenía un 0-1 en contra. Fue concretamente en el segundo 31 cuando Baptista alojó impecablemente en la escuadra izquierda de la meta de Aranzubia un balón mal despejado por Gurpegi en una jugada en la que el jugador navarro, que ayer jugó de central ante las numerosas bajas de su equipo en ese puesto, no se entendió bien con Karanka. Ese tanto inicial pareció más espolear al Athletic que dar tranquilidad y confianza al Sevilla. Así, para el minuto 7 el conjunto local ya había logrado el empate. Lo consiguió Urzaiz -su quinto tanto de la temporada- al resolver al borde del área pequeña un barullo que se produjo tras un centro de Yeste por la izquierda. El propio jugador basauritarra marco el 2-1 en otra llegada al área, en esta ocasión por el centro, en el minuto 24. Una jugada en la que se escoró hacia la izquierda para batir por bajo a un mal colocado Esteban y con la que Yeste y Del Horno, autor del pase que habilitó a su compañero de banda, se congraciaron un tanto con el público de San Mamés después del incidente de indisciplina que protagonizaron hace unas semanas. Después de unos minutos de gresca, que fue «in crescendo» conforme pasaban los minutos, se llegó al descanso. Tras él, sin mucha continuidad en el juego, el partido parecía decantarse más hacia el 3-1 que al 2-2 por lo que pasaba sobre el terreno, pero el mayor peligro pasaba la portería local. En los últimos minutos, con el Sevilla en superioridad por expulsión de Del Horno, el conjunto bilbaíno echó mano del corazón para aguantar el marcador.