Difícil, pero posible

UNA CITA de obligado cumplimiento para los aficionados. Esta noche en el Nuevo Amilivia. La Cultural se enfrenta al Atlético de Madrid en eliminatoria copera. Salvar el escollo del gran equipo madrileño es por supuesto muy difícil, pero posible, aunque la posibilidad limite con la frontera de lo imposible. La Cultural ya ha dado muestra ante equipos grandes, sin ir más lejos el propio Atlético, como se las gasta en la Copa. Primero fue el Racing de Santander quien cayó impensadamente; luego el Deportivo de La Coruña pasó dificultades máximas, hasta el punto de tener que echar mano de toda su artillería, para vencer por la mínima y ello con gol en claro fuera de juego de Tristán, jugador que siempre vive al filo del llamado orsay. También el Atlético, como dicho queda, las pasó «moradas», costándole trabajo y esfuerzo salvar con bien la eliminatoria. Y es obvio que el equipo culturalista es hoy mucho más potente que en los lances citados, aunque haya tropezado, en la piedra del empate, en el encuentro jugado el sábado, en noche neblinosa y gris, frente a un contrario perfectamente posicionado y un terreno de juego acusando los rigores climatológicos, poco propicio para «asaltar» ordenada y eficazmente el muro formado por los burgaleses. La Copa, en eliminatorias que se juegan al cara o cruz de un solo partido, es terreno propicio para la sorpresa; campo de minas que puede terminar con la superioridad teórica del contrario, dándose con frecuencia la circunstancia de comprobar cómo en la realidad cosas bien distintas son la teoría y la práctica. Indudablemente el Atlético de Madrid es teóricamente superior a la Cultural, incluso muy superior, pero... Puede que el equipo madrileño sea uno de quienes cuentan con más seguidores por estos predios de Guzmán el Bueno. Y es que han sido varios los jugadores que la Cultural ha trasvasado a las filas atléticas. Rosendo Hernández -el Canario- brillante internacional en los mundiales de Río y Estados Unidos; Manolo Rabadán, Pepe Vallejo. Incluso Tabales, portero de la época «heroica» del Atlético de Aviación salió del Aeródromo de la Virgen del Camino para ser un meta que dejó huella en las filas atléticas. Juan Carlos, otro que se vistió de Atlético desde el Puente Castro. La guinda la pondrá Manolín.