León reclama su futuro en la pista con una victoria de rostros serios

Baloncesto León inició anoche sus merecidas vacaciones tras cosechar una victoria que en lo deportivo es realmente importante, pero que estuvo marcada por los rostros con gestos de preocupación que invadieron todo el Palacio antes, durante y después del partido. Pero anoche sólo se jugaba un partido y quien buscaba algo más no lo encontró, porque en la pista la profesionalidad fue total y el equipo peleó y sufrió para sumar un triunfo con el que mantener todas sus opciones abiertas en lo deportivo, ante un rival que no puso ni mucho menos las cosas fáciles aunque su situación extradeportiva es casi peor que la de León. Finalmente Sallier no jugó y el Cáceres vio debilitada su posición en la pista pero aún así le puso las cosas complicadas a León, porque traía el partido muy trabajado y supo aplicar una serie de defensas a los de Ángel Jareño, que con Onyekwe especialmente vigilado, tuvo muchos problemas para poder anotar. León salió a la pista muy centrado y su presión sobre el rival le permitió llevar la iniciativa aunque el cuarto se cerró con un merecido empate. El Cáceres puso en pista a sus dos bases Cazorla y Rivero, y León sacó a Urreizti y Llorente a convivir en la pista desde el inicio. Johnson lideraba el ataque visitante, por lo que Jareó dio entrada a Paco Martín para frenarlo. Pero León no anotaba fácil y se debilitaba porque ese desacierto está claro que hace mella y mucha en este equipo. El segundo cuarto fue para León. Arrancó atascado en anotación, pero León despertó antes y empezó a marcar sucesivas rentas máximas, aunque tampoco estaba cómoda en la pista frente a las zonas aplicadas por el Cáceres. Paco Martín protagonizó un buen susto al torcerse un tobillo, una circunstancia que al final no tuvo consecutivas y pudo seguir jugando. Y es que con lo poco que ahí cualquier baja puede ser tremenda para León. Al descanso León se fue con trece puntos de renta y un buen sabor, pero el tercer cuarto supuso un resurgir de la defensa extremeña que se compaginaba con el acierto de Óscar Rodríguez y Rivero en el perímetro y de Higgins bajo el aro. En el ecuador del cuarto se alcanzó una renta máxima de quince puntos (49-34) y parecía que el Cáceres se diluía. Pero un tiempo muerto de Ñete Bohigas puso las cosas en su sitio y León vio como su renta bajaba de forma notable. Las defensas visitantes surtían efectos, mientras León se desesperaba tirando desde fuera balonces que el aro escupía. Martín Ferrer cerró el tercer cuarto y abrió el definitivo con sendas canastas que le dieron oxígeno al equipo. Pero el Cáceres había dejado la crisis en el vestuario y quería morir peleando. León tuvo que aguantar con Onyekwe y Mosley con cuatro personales, mientras el tiro exterior del rival le mantenía en el partido, ante la impotencia local. Pero cuando llegaron las jugadas claves León supo mantener el tipo. Robó balones, anotó los tiros libres y supo barajar las posesiones hasta que el reloj le otorgó la victoria. La grada se puso en pie y aplaudió a rabiar. Ya se había oído lo de «a por ellos» y al grito de León, incluido el propio alcalde, el equipo se fue hacia el vestuario para iniciar unas inciertas vacaciones. La grada sí quiere a Baloncesto León.