Ademar se despide de Europa por errores, más que ajenos, propios

Al descanso, Ademar había hecho siete goles. En lanzamiento llevaba una estadística de 7/21. Las pérdidas de balón ya estaban por encima de la media docena larga (el cómputo total fue de 17) y entre los dos porteros habían cogido cinco bolas. Todo eso, recibiendo una sola exclusión. Si León pretendía pasar la eliminatoria por ese camino, lo llevaba crudo. Y al final Celje, porque creyó en sus posibilidades, y no de boquilla, porque volvió a demostrar lo que vale su excepcional afición y porque no se puede invertir seis millones de euros en un pabellón para estrenarlo con un disgusto, estará en los cuartos de final. Después, y sólo después de tanto condicionante externo, puede haber un punto de atención para el arbitraje. Pero Ademar no se estrenó ayer en la Copa de Europa. O no debiera. Baum y Goralczyk no son los mayores atracadores que pisan las pistas continentales. Simplemente se mueven al uso. Eso ya lo sabía León. Pero el equipo español nunca debió darles la oportunidad de intervenir. Celje tardó 18 minutos en ponerse a sólo 5 goles de su objetivo. Peligroso amor al riesgo. León encajó un parcial 9-1 (11-3) y empezó a caer en la cuenta de que los problemas en ataque estaban más definidos de lo previsto. Vatne no era peligroso en el lanzamiento y la defensa eslovena le dejaba jugar, la tendencia de Raúl Entrerríos a resolver con penetraciones chocaba con el pressing-catch defensivo de los seis metros, y Roberto perdió la fluidez de días pasados y pocas veces consideró la opción de jugar a la esquina con Krivochlykov. Lo peor, pendiente Así que después de haber aguantado un poco en medio del temporal -lo peor estaba por venir- León sujetó medianamente el partido (12-6). Ilusión vana. Celje se guardó para el final del primer tiempo un parcial 5-1 amparado en tres cañonazos de Rutenka basicamente y recogió el intermedio en +10. Mal asunto. Ademar dio la sensación por momentos de no encontrar soluciones y de estar pidiendo a gritos el descanso para refugiarse en el vestuario en busca de alguna solución extra. La que no había supuesto antes la aparición fugaz de Zorman, que no da en su situación actual el prototipo de salvador de la pátria, tal como están las cosas, o Julio Muñoz, consciente (al menos él) de lo que hay. Al regreso a cancha, Ademar decidió empezar a jugar. La segunda parte la perdió 17-14 de parcial. Con lo mismo en el primer tiempo, le hubiera sobrado. Pero el campeón esloveno, ya venía en carrera. +12 en el minuto 4,59. Y en el 13,12, por primera vez, la eliminatoria de su lado (26-13). ¡Nemo, Celjani!. La grada rugió (¡Vamos, celianos!) para llevar a su equipo en volandas, con Ademar al borde del k.o.. La puntilla tuvo forma arbitral. Colón, que se había ido a la calle por segunda vez, fue descalificado con la tercera por aplaudir desde el banquillo la decisión arbitral. Perales robó límpio y claro un balón de oro que volvía a poner del lado leonés el cómputo de la eliminatoria, pero le pitaron falta. Raúl Entrerríos hizo gol para clasificar de nuevo a Ademar (falta de nuevo). Así, que Juanín fallara el último lanzamiento, que hubiera sido la clasificación, fue lo de menos.