El Promesas logró un valioso empate ante un directo rival

El último partido del año entre dos equipos que se temen y se conocen arrancó con respeto por las dos partes. El dominio del balón se intercambiaba y la falta de intensidad, principalmente en el ataque durante los primeros 45 minutos, provocaba casi el aburrimiento en las gradas puesto que las ocasiones apenas se producían. El tedio se rompió en el minuto 44 con un penalti en el área leonesa que el colegiado, muy protestado por los aficionados, no pitó, lo que indignó a la grada. En la segunda mitad cambió radicalmente el partido y ambos conjuntos aumentaron la velocidad en sus acciones y la intensidad, mientras el público, que no olvidaba la última acción del colegido, siguió abroncándole cada vez más. Antes de cumplirse el primer cuarto de hora, con el Guijuelo volcado, el Promesas con un balón colgado desde más de 30 metros aprovechó un error que remata solo, ante un error de la defensa, Vila convirtiendo en gol el único disparo a portería de los visitantes. Los locales continuaron intentándolo por las bandas, por el centro, desde lejos, de cerca y lo máximo que consiguieron fue un remate de Ferreiro que se fue al palo. El Guijuelo lo siguió intentando y cuando todo parecía perdido y a falta de seis para el final, Edgar cuelga desde la izquierda, Roberto García no llega y Dámaso, solo en el segundo palo, marca el merecido empate para los salmantinos.