Diario de León

León pone un punto más de color desde las gradas a la Copa Asobal

La afición de Ademar se significa en la final a pesar de la eliminación del equipo en la víspera

Alfonso El Sabio no se libró de la foto de rigor con los hinchas leoneses

Alfonso El Sabio no se libró de la foto de rigor con los hinchas leoneses

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Miguel Ángel Zamora - enviado especial | ciudad real
León

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«Alé León, alé León, alé León, alé León, la afición de un campeón». Casi la una de la tarde en la Plaza del Pilar. Ni suena lo mismo que en el Palacio de Deportes, ni deja de ser particular escuchar el himno de Ademar en pleno centro de Ciudad Real. Dos docena de fieles al ademarismo hacen tiempo hasta la hora de la comida, y se entretienen confraternizando con parte de la hinchada local, a la que conocieron en su día a través del foro que alberga la página web oficial del club. Son los mismos que viajaron a Montpellier, los que cada año cruzan la frontera con Valladolid y los que se mueven por media España donde quiera que haya en juego una copa. De las deportivas. Las otras no han pasado mucha factura, pero algo hubo en la noche previa. Ahora que «El Torreón», la versión ciudadrealeña del Barrio Húmedo, duerme plácido, la hinchada leonesa hace un poco de turismo por la ciudad. «El disgusto ya nos lo llevamos ayer, pero luego, por la noche se pasó, y no hay que darle más vueltas, con cosas que pasan». Al pabellón toca ir a pie, porque los buses de vuelta a casa no recogen hasta después del partido. El propio que aparca los coches a la prensa, pregunta al periodista: «Jefe, ¿quién gana?». «Ciudad Real». «De eso nada. ¡El Barça!» Para ser un empleado del club o adjunto a la organización, no le tiran mucho los colores. «El mafioso ese nos ha arruinado el fútbol. Todas las subvenciones van pa'l balonmano, y en la escuela tenemos 200 críos que no van a llegar a nada porque la pasta sólo es pa'l invento este. Anda y que le den por el...». La viña del Señor tiene de todo, por lo visto. Luego ya, el partido es otra historia. Porque entre el quítate aquí y el colócate allá, el asunto es que sin el equipo de por medio, como que el balonmano sabe de otra manera. Y se ensalzan las virtudes que atesora Hombrados cuando se infla a parar balones, o las excelencias de Zaky finalizando por el extremo, y todos esos asuntos que se pueden comentar cuando la tensión no lleva a estar pendiente del gol, más que del espectáculo. Fiel a la norma de la casa, el presidente y la parte que resta de la Junta Directiva leonesa obvia el asunto del palco y o ocupa plaza en el fondo, detrás de una de las porterías, junto a los jugadores que han decidido quedarse en la pista que 24 horas antes vio la eliminación del plantel marista. Descanso. 17-7. Los fantasmas de Eslovenia siguen estando más latentes de lo que cabía presumir en un principio, y es el asunto común en el grueso de lo que de forma eufemística se llama entorno del equipo. Es la misma diferencia por la que perdía Ademar al descanso del partido de Celje, y observar la sensación que da un equipo que se mueve en pista 10 goles abajo al intermedio, desde la perspectiva neutral de estar fuera de todo el cotarro, aporta otra óptica diferente al tema. Pero a última hora el marcador, el triunfo y otras zarandajas, son lo de menos. A diez segundos del final, empieza a desfilar la expedición y se pone rumbo de vuelta a casa. La próxima Copa es del Rey, y Pamplona espera el milagro.

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