Galácticos contra gladiadores
Real Madrid y Valencia protagonizan mañana un duelo espectacular en el que se medirán dos estilos diferentes de entender el fútbol, uno basado en la calidad y otro en el espíritu de lucha
El Real Madrid y el Valencia protagonizarán el duelo más atractivo de los cuartos de final de la Copa del Rey, en el que medirán sus fuerzas dos estilos, si no opuestos, si muy diferentes, como los que impregnan el fútbol de los «galácticos» madridistas y los «gladiadores» valencianistas. Aunque pudiera parecer el título de una película de Hollywood, en verdad, «Galácticos versus gladiadores», podría perfectamente reflejar los parámetros previsibles de este enfrentamiento copero. El término «galáctico» que en su día acuñara el presidente del Valencia, Jaime Ortí, para referirse a los jugadores del Real Madrid ante el exceso de alabanzas que, a su juicio, recibían por parte de algunos medios de comunicación, ha pasado a ser de uso frecuente tanto entre los medios de comunicación como entre los aficionados. La congregación de varios de los mejores jugadores del mundo en la plantilla madridista y la traslación de la palabra astro al mundo del fútbol ha dado como resultado que se hable del actual Real Madrid como «una constelación de estrellas». La llegada de un astro internacional cada año desde la llegada de Florentino Pérez a la presidencia del club madrileño ha marcado las pretemporadas de los últimos años y ha dado como fruto una atracción mediática a nivel mundial. Los Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, Raúl y Roberto Carlos han sido los causantes de que en muchas ocasiones se hable de la galaxia madridista para referirse a ellos e, incluso en los últimos días se habla ya de Iker Casillas como el «Galáctico de guardia». Al margen de que algunos rivales empleen el término en tono jocoso o irónico, todos los futbolistas citados se encuentran entre los de más proyección internacional en su puesto y sobre su indudable calidad se sustenta buena parte de las posibilidades de éxito del Real Madrid. Sin embargo, esta decidida apuesta por la calidad ofensiva tiene, en ocasiones, el precio una cierta debilidad defensiva, así como una falta de contundencia en el centro del campo, algunos de los valores sobre los que, precisamente, se asienta el juego de su rival en esta eliminatoria. La seguridad defensiva, el esfuerzo y el trabajo son términos que acompañan al juego del Valencia y que le ha ofrecido un notable rendimiento en los últimos años y que pueden ser clave en el partido del miércoles. Ese espíritu de lucha tiene como principales exponentes a Carboni, Albelda, Ayala, Marchena o Baraja, jugadores que unen a su calidad una raza y un espíritu de lucha y sacrificio que le hace rendir al máximo de sus posibilidades en beneficio del colectivo. Mientras que el Madrid porfía en muchas ocasiones su suerte a la calidad de algunas de sus cracks, el Valencia tiene asumido que sin la unión de su bloque y la lucha de sus jugadores, tanto su juego como sus opciones de triunfo, pierden muchos enteros. Sin embargo, entre los «gladiadores» valencianistas también figura alguna estrella, como es el caso del argentino Pablo César Aimar, cuya aportación y creatividad se antoja decisiva en la faceta ofensiva del equipo de Rafa Benítez. Igualmente, entre los «galácticos» madridistas se desliza algún jugador con carácter guerrero como pueda ser el caso de Michel Salgado, si bien es la defensa el principal motivo de crítica del equipo del portugués Carlos Queiroz. Estas diferentes apuestas de juego tienen, sin embargo, un resultado prácticamente idéntico en la presente temporada, puesto que, en Liga, ambos equipos han obtenido casi el mismo rendimiento, lo que les ha permitido encabezar el campeonato con 44 puntos el Valencia y sólo uno menos el Real Madrid, 43. Así, el primer asalto entre ambos tendrá lugar esta semana en la «galaxia» madridista en la que las estrellas locales intentarán deslumbrar a los «gladiadores» valencianistas, quienes tendrán, una semana después, la oportunidad de doblegar a las huestes rivales en su viejo coliseo.