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CONCLUYÓ la primera vuelta y la trayectoria que presentan los equipos leoneses no es para echar las campanas al vuelo. La mediocridad podría definir perfectamente el deambular de todos ellos por la competición hasta el momento. Los mortales solemos vivir de ilusiones vanas y éstas creemos hacerlas realidad pero suele ocurrir todo lo contrario, llegando incluso a estar por debajo de lo que pensamos. Lo que hoy es por ti mañana puede ser por mi, pero los resultados no suelen ser esos y si hoy te perjudico mañana no me acuerdo. Total, que cada uno debe mirar para sí mismo, pues lo que tu no hagas nadie te lo va a hacer. El Promesas Ponferrada llega al ecuador con la meta propuesta de ser uno de los conjuntos que dispute las eliminatorias de ascenso a la categoría de bronce. Situado en quinta posición, aunque igualado con el cuarto, su trayectoria está siendo totalmente ascendente después de unos comienzos más que dubitativos. El objetivo trazado por su máximo mandatario Faustino Pérez es claro y más tras los nuevos refuerzos incorporados. Es doloroso que cuando suele haber altas tiene que haber unas bajas y el fútbol no entiende de sentimentalismos y sí de objetivos marcados. Técnico y jugadores deben realizar perfectamente los deberes. La Bañeza mantiene su trayectoria regular de equipo sólido defensivamente, aunque su gran carencia goleadora le priva de sumar de tres en tres los puntos. Su situación intermedia le hacen ser un equipo que está obligado a escalar posiciones en la segunda vuelta. Uno de los obstáculos que llevan sufriendo este conjunto es la falta de un lugar en condiciones para entrenar y eso lo deberán arreglar desde el club para su propio bien. No es tiempo de hacer leña de ningún tipo, sino de soluciones. La Cultural B no termina de encontrar su identidad en la categoría y combina una de cal con otra de arena. El equipo tiene mezcla de jugadores con experiencia junto a otros más novatos, pero eso debe conllevar hacia resultados más positivos y de acorde a la calidad de los propios futbolistas. Ser un conjunto nodriza tiene como misión sacar jugadores para el primer equipo, aunque no se debe olvidar los resultados. Su entrenador, Eduardo Álvarez, deberá poner remedio a lo que no está funcionando, y es que él antes pasó por ello en su etapa de jugador. La Hullera necesita ponerse las pilas y demostrar que puede hacer mucho más de lo realizado hasta ahora. La tranquilidad y confianza son necesarias para ello, pues su experiencia está fuera de dudas. Tiempo hay y su propio terreno de juego debe empezar a ser su principal arma. El Atlético Bembibre no sale de los puestos de descenso, y es que poco se puede hacer sumando de uno en uno. El plazo de fichajes finaliza el 31 de enero y o se pone toda la carne en el asador o la caída puede ser espectacular con el daño que eso conlleva para el club y para la capital del Bierzo Alto como tal. Las distancias son cortas y se pueden salvar. Las lamentaciones luego de nada valen. Es tiempo de meter la directa.