Diario de León

Seleccionador nacional del balonmano

«Aquí vivimos por y para el fútbol»

El responsable del equipo nacional español lamenta la exigencia de medallas a la selección en contraposición con el escaso interés que suscita el balonmano en la educación deportiva

Argilés sigue en el banquillo el España-Croacia del Mundial de  Portugal

Argilés sigue en el banquillo el España-Croacia del Mundial de Portugal

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Leontxo García - ljubliana
León

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César Argilés (Palma de Mallorca, 1941), residente en Bétera (Valencia), licenciado en Derecho, es un sabio del balonmano y una de las personas más cultas del deporte español. Tras ganar cuatro medallas con las selecciones juvenil y junior, tomó el testigo de la absoluta en 2001, afrontando un periodo de transición. Pero, incluso con varias ausencias importantes, España sigue estando entre los favoritos en todos los torneos, incluyendo el inminente Europeo en Eslovenia. El seleccionador se queja del monocultivo del fútbol. -Tras cinco medallas de la selección con Juan de Dios Román en el periodo 1996-2000, usted no ha ganado ninguna. ¿Eso le añade presión? -No. Hace poco más de dos meses ganamos la Supercopa de Naciones, que no tiene medallero oficial pero es una competición durísima. De todos los equipos que se han rejuvenecido en los últimos años, nuestros resultados son mejores que los obtenidos por Rusia, Suecia, Francia, Yugoslavia y Croacia. En esos países se aceptó que hubiera un empeoramiento de los resultados durante la transición de generaciones. Y no olvidemos que la selección española diseñada para ganar una medalla en Barcelona 92 empezó a ganarlas en el 96. No digo que vaya a pasar algo similar, pero sí recuerdo que la madurez ayuda mucho a triunfar. -Algunos ven la Supercopa e incluso este Europeo como un aperitivo de los Juegos de Atenas... -Esos dos torneos tienen poco menos que el máximo nivel posible porque casi todos los mejores equipos del mundo son europeos. Y nosotros venimos al Europeo a dejarnos la piel para subir al podio. A mí me irritan quienes sólo piensan no ya en los Juegos, sino en su medallero. Vivimos cuatro años por y para el fútbol, y entonces nos planteamos el problema de las medallas. -¿Y cómo se cambia esa mentalidad? -Con una labor de implantación de profesores de deportes y la obligatoriedad de practicarlos, ya sean colectivos o individuales, hasta cierta edad. Mientras no se haga eso, y sólo se preste atención a los tres cuartos de hora de Educación Física, estaremos anclados en el pasado, en lugar de crear una sociedad realmente sensible hacia el deporte. -¿Cuáles son los puntos fuertes de España? -El ataque ha ganado en movilidad y calidad de lanzamiento porque los jóvenes aportan soltura y frescura. Parece que España llega fácilmente a los 30 goles en casi todos los partidos. Y si Barrufet y Hombrados mantienen el nivel que están exhibiendo, tenemos sin duda la mejor portería del mundo. -¿Y los débiles? - En defensa, hemos perdido la pareja básica Urdangarín/Xepkin, lo que produce dificultades al enrocarse en la formación 6-0 y en el marcaje de los pivotes. Y en cuanto a marcar el ritmo del partido, a las virtudes psicológicas, a veces parece que los veteranos juegan como novatos, y que los jóvenes actúan como si fueran los amos de la pista. Eso produce pérdidas de balón que son a menudo decisivas entre rivales muy igualados. -¿A qué ha dedicado más tiempo en la concentración desde el 2 de enero? -A fomentar el equilibrio entre veteranos y jóvenes, tanto dentro como fuera de la cancha, y a mejorar la consistencia defensiva. Una de las claves para ganar la Supercopa en Alemania fue que éramos capaces de salir hasta los nueve metros para neutralizar a los grandes lanzadores y controlar al mismo tiempo a los pivotes en los seis metros. Tenemos que recuperar esa solidez atrás.

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