El Atlético no es capaz de controlar la ventaja obtenida

El Atlético se distanció un punto más del Villarreal, hasta ahora su principal perseguidor en la lucha por entrar en Champions, pero no pudo pasar de un discreto empate en el Carlos Belmonte frente a un muy bien organizado Albacete. Una vez más, los rojiblancos no supieron administrar su ventaja, aunque mínima, y se fueron del partido en cuanto Nano marcó, de falta, su primer gol de la temporada. En la reanudación, los de Ferrando supieron ser pacientes e igualaron con un autogol de Lequi. Manzano se dejó esta vez de probaturas y alineó al mejor equipo posible, idéntico al que la semana pasada superó al Sevilla, en Liga. Tras el varapalo copero del Sánchez Pizjuán, enseguida se comprobó que sus hombres tenían ganas de batallar, presionar, adelantar la zaga, irse arriba y no dar balón por perdido. Pero esta buena disposición no la supieron mantener todo el partido. César Ferrando también ordenó fuerte presión, reducción de espacios y faltas en cuanto había necesidad de cortar las acometidas rivales. El partido se jugaba a un ritmo alto pero carecía de ocasiones hasta que, en el minuto 20, el Atlético falló tres en una misma jugada. Primero, Nano anduvo algo lento para engatillar una magnífica asistencia de Ibagaza, un tipo con la ventaja de que ya sabe lo que va a hacer antes de recibir el balón. Después, Torres se encontró un balón franco, pero su tiro lo desvió Almunia, que se lució tras la posterior chilena de Nikolaidis. De forma paulatina, el Atlético se fue adueñando del partido. Fruto de su dominio, se colocó en ventaja, cuando Nano, con fortuna ya que el balón golpeó en la barrera, rompió al Albacete a balón parado. Manzano siempre dice que este tipo de partidos tan físicos suelen resolverse a favor del equipo que marca primero, pero también sabe que el Atlético no destaca, precisamente, por rentabilizar con solvencia sus goles. Con frecuencia y esta vez no fue una excepción, el Atlético comete el error de cambiar su estilo en cuanto marca, de irse atrás, y ahí duda demasiado porque no es un conjunto hecho para defender. Fruto de ese recurrente error rojiblanco, el Albacete creció y anduvo cerca del empate antes del descanso. El Atletico reincidió en este error tras el descanso y pronto recibió justo castigo. Aranda, la única referencia manchega arriba, avisó antes de que Lequi desviase a propia portería un centro de Parri, que rompió bien la salida a destiempo de la zaga visitante. El Alba mejoró con David Sánchez, hasta el punto de adueñarse del centro del campo, y también ganó con el brasileño Fabiano. Al final, pudo ganar cualquiera.