El Fuenlabrada airea las carencias de la Cultural en la zona creativa (1-2)
El equipo leonés naufragó ante un rival que con sólo defender se llevó un merecido triunfo
Duque ya había advertido con antelación suficiente que la visita del Fuenlabrada no sería un paseo militar para su equipo. Acertó de pleno el entrenador madrileño, conocedor del rival, en sus apreciaciones. El Fuenlabrada se adueño desde el primer minuto del encuentro del centro del campo y tambión del control del choque. Los mediocentros culturalistas, con la dupla formada por Ivo y Landáburu, no dieron en los compases iniciales la medida esperada. Tal circunstancia fue aprovechada por los madrileños para hartarse de llegadas con peligro hacia las inmediaciones del guardameta Rafa. Pelu a los dos minutos de juego falló lo infallable, aunque se corrigió a continuación iniciando la acción que supuso el gol de Prieto, tras rechace del portero culturalista Rafa. El tanto cayó como un jarro de agua fría sobre los jugadores locales. Los leoneses se fueron del encuentro por unos momentos. El Fuenlabrada dilapidó la momentánea descomposición de los dirigidos en la parte técnica por Luis Ángel Duque. Pelu pudo incrementar la renta en el minuto 18 con un remate de cabeza, sin marca que le incomodara, pero la bisoñez de los visitantes en ataque permitió a los clturalistas seguir con vida. Después de veinte minutos de aturdimiento, como es habitual en el bloque leonés, llegó la esperada reacción del once local. Tanto Ivo como Landáburu comenzaron a engarzar el juego culturalista en la zona ancha. Las aperturas por las bandas se hicieron cada vez más intensas por parte del conjunto que entrena Luis Ángel Duque. También llegaron las primeras oportunidades de hacer gol. El capitan Fran volvió a ejercer como tal y se echó el equipo a sus espaldas. El carril derecho comenzó a fabricar juego y penetraciones endiabladas del zamorano. En una de ellas a punto estuvo Paulino de enviar el balón a las mallas de la portería defendida por Raúl, pero el capitán fuenlabreño Juan Luis evitó lo que en un principio parecía el empate. El equipo leonés se consolidó todavía más en el césped, con un centro del campo más sólido que en los inicios. Los de Duque se hicieron definitivamente con el partido. Las llegadas hacia el área rival insistieron hasta que Fran lanzó un soberbio zapatazo que se coló en la escuadra de Raúl como un obús. Un gol que fue festejado con pañuelos en la grada. El empate hizo mella en el entramado visitante, que menguó su juego y sus líneas se difuminaron según languidecían los primeros cuarenta y cinco minutos. El intermedio sirvió una vez más para consolidar las posiciones de ambos equipos. El Fuenlabrada, recuperado del dominio leonés con el que concluyó la primera parte, se acomodó a las circnstancias del partido. No le quedaba otra, ante una Cultural que se sintió herida por el empate y con la intención de hacerse con los tres puntos para mantenerse en las posiciones que conllevan premio extra al final de la competición regular. Los componentes del conjunto madrileño se dedicaron durante muchos minutos a contemporizar, a tapar las bandas de penetración culturalista y a buscar la contra favorecidos por la rapidez ofensiva del cadro rival. Los primeros minutos de la segunda parte se caracterizaron por una Cultural dominadora de la situación y del control del juego, pero no de las distancias entre líneas. Éstas las midieron a la perfección los madrileños para llegar al área de Rafa. En la mayoría de los lances en ataque bordeando el fuera de juego, pero con las intenciones muy claras. El punto de mira lo marcaba la portería de Rafa. El saque de esquina lo consideraban los visitantes como si se tratara de una clara oportunidad de gol. Asi lo expuso el conjunto visitante cuando Luna, tras despiste defensivo local, mandó el balón a las mallas de la portería de Rafa, que se quedó de espectador de lujo tras la pillería de los madrileños en el primer palo. Al entrenador de la Cultural, Luis Ángel Duque, no le tembló el pulso a la hora de buscar la reacción de su equipo. Quitó del campo a Pablo y metió a Raúl Ibáñez, con lo que Landáburu pasó a ejercer en el lateral derecho y dejó un bloque de mayor empaque ofensivo sobre el rectángulo de juego. La respuesta del conjunto fue positiva. La expulsión de Luna se debió al ajuste local y derivó en un ataque continuado de los culturalistas. Rubén Vega saltó con la sintonía marcada. Los últimos minutos se convirtieron en un agobio para los visitantes. Su portería pareció un frontón. Mientras, la Cultural se rompió el corazón. Fue la única parte del cuerpo que utilizó en el último tramo para lograr un mejor resultado. Taquicardia final.