Deportiva y Alcorcón no pueden alterar el guión más previsible (0-0)
El empate sin goles no deja contento a nadie, pero era lo más lógico dados los antecedentes
El partido de ayer era de los sencillos a la hora de pronosticar. Dada la trayectoria que presentan ambos contendientes, lo más lógico habría sido apostar por un empate sin goles, ya que los locales son los reyes de la «x» en esta campaña y los blanquiazules tampoco se están prodigando en la faceta goleadora, especialmente fuera de casa. Por si no fuera suficiente con ello, ayer se enfrentaban los dos guardametas menos batidos esta temporada, el ex blanquiazul Gonzalo y Manolo Rubio, que con el de ayer suma ya el quinto encuentro consecutivo sin encajar ningún gol. Con ese panorama, los que buscaran el espectáculo ayer en Santo Domingo eran unos ingenuos. El guión estaba marcado de antemano y los dos equipos se ciñeron a lo previsible. El primer tiempo sólo registró dos momentos de peligro, por llamarles de alguna manera, ya que tanto Rubio como Gonzalo estuvieron de espectadores. El delantero local Juanjo pudo controlar con el pecho y dentro del área visitante un envío largo y cuando la pelota caía disparó a la media vuelta, saliendo el cuero muy por encima del marco de Rubio. Fue la única concesión que le hizo Soto en todo el partido. Poco después, Gonzalo (el delantero berciano) inicia una acción ofensiva, abriendo el balón hacia Davinchi en la derecha, con centro del faberense por abajo, saliendo el balón rechazado por un defensa y quedándole otra vez a Gonzalo, que mandó alto. Poco más hasta el descanso Todo lo demás que ocurrió en el primer acto no merece la pena relatarlo, si se exceptúa que a la media hora Tomé se vio obligado a realizar su primer cambio, porque Gámiz sufrió una pinchazo en la espalda y pidió el relevo. Igor ocupó su puesto en la medular y el vitoriano tratará de llegar a tiempo para tomar parte en el partido del próximo viernes ante el Alcalá en el Toralín. No estuvo bien la Deportiva en este primer tiempo, aunque tampoco su rival mereció más, así que es de suponer que Tomé tuvo que emplearse en el vestuario con sus hombres, igual que ya lo hacía desde el banquillo, desgañitándos en órdenes a unos y otros, con resultados muy pobres. La segunda mitad fue, al menos, algo más movida, con una Deportiva más empleada en deshacer la igualada y con un Alcorcón esperando ansiosamente la contra, que es el fútbol que le encanta practicar a Raúl González. Cuando se cumplía el cuarto de hora llegó la jugada más polémica del encuentro, porque el meta local Gonzalo salió del área para buscar un balón que perseguía Davinchi, encontrando la pierna del atacante que rodó por los suelos. Al árbitro le faltaron agallas para tomar una decisión disciplinaria con el meta, que obviamente era el último defensor, y por eso dejó seguir el juego sin decretar ni siquiera la falta, ante la desesperación de los bercianos. Uno de los destacados en el encuentro de ayer fue el lateral derecho Rial. No sólo defendió a la perfección, si no que además buscó el remate ante la inoperancia de sus compañeros en ataque. Un balón puesto por Gonzalo desde la izquierda lo remató de cabeza el catalán, pero terminó saliendo por encima del marco para alivio de la parroquia local. Nervios en el tramo final Viendo que el partido se acababa y que de Santo Domingo iban a volar otros dos puntos, Raúl González dio entrada a tres delanteros, como Lozano, Santi Domínguez y Luna. De haberlo hecho de salida, a lo mejor las cosas habrían sido diferentes porque los dos primeros le dieron oxígeno al, hasta entonces casi inexistente ataque de los locales. La mejor ocasión en este tramo final del partido fue para Santi Domínguez, que le hizo un «sombrero» a Mikel Antía dentro del área, pero su remate final con la zurda, cuando estaba ligeramente escorado, terminó con el balón estrellándose en el lateral de la red, pero por fuera. Cada falta a favor de los locales era un suplicio porque subía todo el Alcorcón a la desesperada, pero los de Tomé aguantaron con bravura el tardío empuje que realizaban sus rivales.