Kluivert, el goleador díscolo

MARCA ENTRE 20 Y 25 goles por temporada; tiene 27 años y es el quinto máximo goleador de la historia del Barcelona. Con esas credenciales, nadie podría discutir la calidad de un jugador, salvo si se trata de Patrick Kluivert, el díscolo 9 que ante el Sevilla celebró con gol su partido 250 con el Barcelona. Kluivert no deja indiferente a nadie. O se es un firme detractor o un ferviente admirador. Da igual que esté en el escaparate por sus goles o que aparezca en los informativos por sus continuos retrasos en los entrenamientos, porque al final, los números cantan. Desde que llegó al Barcelona en el verano de 1998 procedente del Milán (a cambio de 18,6 millones de euros), Kluivert ha marcado 122 goles, un promedio de un gol cada dos partidos. Sólo han resultado estériles sus tantos frente al Real Madrid y Villarreal (2-1), porque ayudó decisivamente en las victorias frente al Espanyol (1-3, 2 goles), Betis (2-1, 1) y Sevilla (0-1, 1), así como en el empate ante el Athlétic (1-1, 1). Kluivert se alegrará de que, por una vez, sea noticia por su juego, no por otras cuestiones. Antes del inicio de la temporada, la junta directiva de Joan Laporta intentó renegociar la ficha del delantero, pero su cláusula de rescisión se establecerá en 1,8 millones cuando acabe esta temporada. En lo que llevamos de campaña, a Kluivert se le ha vinculado al Newcastle de Bobby Robson y últimamente al Arsenal de Arsene Wenger. Salió al paso de la primera información para desmentirla y asegurar que quería quedarse en el Barcelona. Cuando aparecieron las protestas de los aficionados en el Camp Nou, Kluivert no se calló y recordó a los seguidores que había hecho un sacrificio en la percepción de emolumentos con lo que demostraba «su lealtad» al club. Ultimamente, el Arsenal parece ser el equipo que está en mejor situación para hacerse con sus servicios, incluso se habla de que podría existir un precontrato firmado, pero ahora el holandés no ha querido pronunciarse. De hecho, desde que el lunes pasado llegó tarde al entrenamiento y los medios airearon la fuerte multa que le iba a imponer Rijkaard, Kluivert no abre la boca ante los periodistas, pero ha esperado la primera ocasión que se le ha presentado para hablar en el campo. Y a las primeras de cambio marcó, consiguió un tanto en Sevilla que permite al Barcelona seguir soñando con lo único que su pobre juego le permite: la cuarta plaza y una posibilidad en la fase previa de la próxima Liga de Campeones. Ese tanto ha acercado a los de Rijkaard a 4 puntos del Atlético de Madrid (cuarto en la clasificación) y a 2 de las plazas UEFA. Un gol que firmó la octava victoria.