El Alavés pasa a semifinales ante un Celta sin pegada en la línea ofensiva (1-0)

Ni la presencia en el palco de Radomir Antic sirvió de incentivo para que los jugadores del Celta mejoraran su juego y remontaran el 4-2 de la ida frente al Alavés. Los vitorianos no tuvieron demasiadas dificultades para aguantar el resultado de Medizorroza y, con sus jugadores menos habituales sobre el césped, se clasificaron para las semifinales de la Copa del Rey. Comenzaron bien los vigueses, poniendo pronto en aprietos al meta visitante. A base de tocar con criterio y abrir el balón a las bandas, los primeros minutos fueron de control del conjunto olívico ante un Alavés que en un principio optó por esperar al rival. Pero el buen juego del Celta duró poco y apareció el equipo de toda la temporada, con unos grandes errores defensivos que terminaron por poner nervioso a todo el conjunto y a la grada. Con el paso de los minutos el Alavés fue sintiéndose cada vez más cómodo y se hizo con el dominio del partido. En ataque, los celestes tampoco estaban inspirados para romper la correcta disposición defensiva del Alavés. Así las cosas, el Celta se encontró con el descanso, sin ningún gol y con sólo 45 minutos por delante para hacer dos. Demasiada precipitación Con la urgencia del marcador, los locales afrontaron la segunda mitad con excesiva precipitación. Entre constantes imprecisiones y faltas iban pasando los minutos para desesperación viguesa. Pero entonces apareció el portero visitante, Juan Pablo, para darle emoción a la eliminatoria con un error fatal en un lanzamiento lejano de Gustavo López. El gol hizo a los celestes creer de nuevo en la remontada y el público intentó llevar en volandas a los suyos hacia el segundo tanto. Y aunque el Celta puso voluntad, el casual gol no solucionó su falta de ideas. Lejos de descomponerse, el Alavés se mostró seguro y le bastó con mantener un repliegue ordenado para impedir las ocasiones olívicas y certificar su pase a semifinales.