El Valencia se limitó a aprovechar los variados regalos colchoneros

Un ordenado Valencia aprovechó su sensacional contragolpe y los monumentales despistes colchoneros para resolver con suma facilidad un partido que sólo tuvo historia hasta que Sergi fue expulsado, con 40 minutos por delante y el Atlético ya en mínima desventaja. Mista, autor de dos goles que le convierten en el mejor artillero nacional, y la desgraciada actuación del debutante en Liga del portero Sergio Aragoneses, que falló en dos de los tres tantos encajados y sin quererlo provocó comparaciones con el Mono Burgos, fueron definitivos en el desenlace del partido. Mermados por las bajas, sin la magia de Aimar y Fernando Torres, y maniatados por los rígidos planteamientos de sus técnicos, Valencia y Atlético depararon uno de esos primeros tiempos que gustan a los entrenadores, a los estudiosos de la estrategia, pero duermen a la concurrencia. Mucha imprecisión, líneas muy juntas, pelotazo frontal al menor problema y una máxima, no perder las posiciones defensivas. Desde el pitido inicial de Turienzo se comprobó que se trataba más de una partida de ajedrez, de un minucioso estudio del rival, que de un partido de fútbol abierto y vistoso. Tal y como parecía cantado, un partido así sólo podía romperse en un despiste, probablemente a balón parado. Y ahí el Atlético está mucho menos trabajado que el Valencia y es infinitamente menos expeditivo. Un córner, un error en la marca de Mista, que le ganó la posición a Gaspar, una media salida de Aragoneses y el 1-0 al luminoso. Ya en desventaja, el Atlético estiró líneas en la reanudación y se fue a buscar a un Valencia conservador. En apenas cuatro minutos, Cañizares intervino a tiros de Jorge y Simeone. El choque tenía otra pinta, pero Turienzo expulsó a Sergi por meter un brazo tontorrón en el centro del campo. A partir de ahí, el Atlético fue un quiero y no puedo, y el Valencia manejó con absoluta calma la situación. En los minutos de la basura reapareció Fabio Aurelio y se estrenó el canterano rojiblanco Gabi.