Diario de León

La penosa imagen de la Deportiva aconseja una profunda reflexión (1-0)

Los bercianos no chutaron a portería y eso que el rival jugó una hora con un hombre menos

El filial madridista se hizo con un cómodo triunfo ante una Deportiva que no dio una a derechas

El filial madridista se hizo con un cómodo triunfo ante una Deportiva que no dio una a derechas

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Ramón Díez - enviado especial | madrid
León

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Llegaba herida la Deportiva a Madrid, después de haber perdido en casa una semana antes contra todo pronóstico ante el Alcalá, y dispuesta por lo tanto a recuperar en un feudo poco propicio lo que de Ponferrada se habían llevado los complutenses. Pero no se produjo la reacción esperada y los de Tomé dieron una imagen poco acorde con su actual situación clasificatoria, no demostrando en la Ciudad Deportiva los argumentos que debe exhibir un equipo que pretende disputar la fase de ascenso a la categoría superior. Y eso que pocas veces lo van a tener tan fácil los blanquiazules para asaltar definitivamente un escenario donde nunca se ha ganado, porque el equipo blanco actuó durante más de una hora con un jugador menos, por la expulsión del central Robles en el minuto 25. ¿Con diez se juega mejor? El fútbol es un juego y por tanto las situaciones que se dan en él son bastante aleatorias en la mayoría de las ocasiones. Ahora bien, ¿cómo se puede explicar que la Deportiva estuviera haciendo un partido digno (nunca espectacular) cuando tenía enfrente a once rivales y empezara a dar señales de flaqueza cuando sólo había diez contrarios? No es sencillo encontrar un razonamiento válido que lo justifique, pero el caso es que cuando el árbitro mandó al central Robles a la caseta por una dura entrada sobre Gonzalo, los de López Caro se pusieron las pilas y empezaron a discutir a la Deportiva el control de la pelota que, hasta entonces, tenía color visitante. Eso sí, ese dominio fue de lo más estéril, porque nunca los de Tomé dispararon al marco de Sebas, hasta el punto de que la mejor ocasión blanquiazul en todo el partido la provocó el propio meta blanco cuando se entretuvo y chutó contra el cuerpo de Javi Peña, lo que a punto estuvo de costar el empate. El caso es que el encuentro se tornaba tedioso porque nadie pisaba el área enemiga y el público sólo encontraba distracción en el sorprendente arbitraje del valenciano Pintos Francés, que desquició a los locales a base de tarjetas. Lo único interesante que hizo la Deportiva en ataque fueron sendos lanzamientos de Gámiz muy desviados y un par de remates de cabeza a cargo de Soto y Antía en acciones a balón parado. Esto no es de recibo para un equipo que pretende estar arriba al final de la tabla, con el agravante de que jugaba contra diez casi todo el partido. En la segunda parte Tomé realizó un doble cambio que sorprendió. Retiró a los dos centrales para introducir a un lateral y a un delantero. La explicación es que Soto tenía molestias en la rodilla y Antía había visto una amarilla, con lo que corría peligro de ser expulsado, tal y como estaba el partido. El caso es que aquello no sirvió de nada. Rial ocupó su puesto natural en el centro de la zaga junto a Fuentes, ocupándose Jechu y Alain de los laterales. Por delante seguían Lanza y Gámiz, muy desdibujados ayer como casi todos, con Davinchi por la derecha, Gonzalo por el centro y Brasi por la izquierda, dejando en punta al debutante Javi Peña, que puso interés en su estreno. Luego Davinchi dejó su puesto a Borja, pero el partido estaba cuesta arriba por la ineficacia de los blanquiazules. Según la Ley de Murphy, cualquier cosa, por la mala que vaya, siempre es susceptible de empeorar y eso ocurrió ayer. Pensando en que con el empate se perdía una ocasión envidiable para sumar tres puntos, tal y como estaban las cosas, resulta que Riki aprovechó con algo de fortuna un centro de Juanfran desde la derecha y sentenció el partido a falta de 25 minutos para el final, porque se veía que la Deportiva era incapaz, no ya de hacer un gol, si no de llegar ante Sebas para disparar a puerta. Era verdaderamente patético lo que estaba ofreciendo el equipo berciano, para desesperación de un técnico que se mordió la lengua al final para no tener que lamentarse más tarde de lo que iba a decir. Perder ante el Alcalá se puede aceptar, perder ante el Madrid en campo ajeno, también. Ahora bien, lo que no se puede justificar es la penosa imagen que está ofreciendo la Deportiva en las últimas semanas. Toca reflexionar y mucho.

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