Marruecos se salva de milagro al ganar en una prórroga forzada en el descuento (3-1)
La selección de Marruecos se clasificó para las semifinales tras derrotar a Argelia en un partido que tuvo perdido pero que mandó a la prórroga con un gol en el tiempo de prolongación y que sentenció después con goles de Youssef Hadji y de Jawad Zairi. Los «leones del Atlas», que se enfrentarán ahora a Mali, tuvieron la fe para no rendirse en los últimos compases y luego la pegada suficiente para sentenciar el «derbi del Magreb» en un estadio con clara mayoría de seguidores argelinos. De hecho los prolegómenos del encuentro fueron una caravana de seguidores de Argelia, muchos de los cuales se trasladaron a Sfax sin entrada. Se dejaron notar e incluso protagonizaron incidentes. Saborearon la gloria de apear a su eterno rival pero se quedaron con la miel en los labios. Como estaba previsto fue un partido equilibrado, muy físico y con muchas precauciones defensivas, en las que destacó, por el bando marroquí, el zaguero del Deportivo Nurredin Naybet. Ninguno de los dos equipos tuvo la precisión necesaria para transformar las pocas oportunidades que hubo hasta que el argelino Abdelmalek Cherrad, delantero del Niza francés, inauguró la cuenta en el minuto 84. La fiesta se desató en los graderíos, porque Argelia tenía las semifinales en la mano. Pero los pupilos de Zaki Badou, ex guardameta del Mallorca, no se rindieron, arriesgaron y forzaron la prórroga con un gol en la prolongación de Marouane Chammakh, atacante del Girondins de Burdeos galo. Fue el premio al esfuerzo de Marruecos, al trabajo defensivo que comandó Naybet y a su lucha sin cuartel, que tuvo la guinda en la prórroga, en la que sentenció el triunfo.