El Cantabria suma una deuda de 3,6 millones que nadie reconoce
Ninguna de las tres últimas directivas se pone de acuerdo a la hora de señalar las responsabilidades
Piterman acusó a sus predecesores de llevar al Cantabria a la ruina
El Club Balonmano Cantabria acumula ya una deuda de 3,6 millones de euros sobre cuyo origen no se ponen de acuerdo las tres últimas directivas que se han hecho cargo del club, según quedó patente en la asamblea extraordinaria convocada por el actual presidente, Dimitri Piterman, para analizar la complicada situación económica. Aunque las discrepancias arreciaron al llegar al capítulo de ruegos y preguntas, el clima se calentó al término del primer punto del orden del día, en el que Piterman reconoció una deuda de casi 3,6 millones de euros, con el que dijo haberse encontrado al acceder a la presidencia del club, el año pasado. Piterman afirmó que cuando el Racing se hizo cargo de la gestión en 1999 no había deuda alguna, al asumir las instituciones públicas (Gobierno Cantabria y Ayuntamiento) la deuda que se arrastraba de ejercicios anteriores. Además insistió en su argumento de que el Racing percibió las subvenciones públicas que correspondían al balonmano y se las ingresaba posteriormente al Cantabria en concepto de préstamo, por lo que, a su juicio, es cuestionable que se deba al Racing los 2,27 millones. Acusaciones de manipulación Cuando Piterman quiso dar por zanjado su informe sobre la actual situación económica del club para pasar a hablar de otro punto, el abogado Bedoya, asesor jurídico del presidente del Racing, Santiago Díaz, le acusó de «manipular» los datos económicos y, al tiempo que repartía entre los asistentes un resumen de las cuentas del Cantabria, negó que las instituciones dejaran una «deuda cero» cuando el Racing se hizo cargo de la gestión. Aunque Bedoya trató de evitarlo, Piterman le privó del uso de la palabra y le emplazó al capítulo de ruegos y preguntas, en el que, ya de forma más sosegada, aunque con detalle, Bedoya explicó que cuando el Racing se hizo cargo del CB Cantabria (1999) había una deuda de unos 2,16 millones de euros que debían asumir las instituciones, pero que éstas sólo aportaron 0,66 millones, por lo que «el Racing arrancó con una deuda de 1,50 millones». Ante estas manifestaciones intervino la persona que presidía el CB Cantabria hasta la llegada del Racing, Tomás Franco, quien acusó al representante de la familia Díaz de «falsear» los datos, matizando que en esos 2,16 millones de euros estaba incluyendo 1,45 millones de euros del presupuesto de la temporada, siendo la deuda