Valdano y la teoría de los rabanitos

EL DOCTOR Bilardo, campeón del Mundo con Argentina y símbolo del fútbol resultadista, definió a sus acérrimos detractores encabezados por César Luis Menotti como «rabanitos» y en ellos incluía al hoy director general del Real Madrid, Jorge Valdano, y a su entonces «alter ego», Angel Cappa. El secretario técnico del Sevilla, Ramón Rodríguez «Monchi», fiel seguidor de Bilardo, se acordó de los rábanos tras el incidente protagonizado en el descanso del Sevilla-Real Madrid por Valdano. «Me asombran los 'menottistas' que se vuelven 'bilardistas'», afirmó el entrenador sevillista Caparrós. Viene de lejos, de sendas y enfrentadas concepciones del fútbol, y cristalizó en dos denominaciones de origen argentino con sus protagonistas, ambos campeones del Mundo: César Luis Menotti en 1978 en Argentina, con Mario Alberto Kempes de abanderado, y Carlos Salvador Bilardo en 1986 en México, con el mejor Diego Armando Maradona, el de la «mano de Dios» y el del eslalon ante Inglaterra. Estética y resultado como dos caras de un Jano bifronte y una paradoja, la de que el resultadista fue el responsable del mejor fútbol argentino de las últimas décadas, acaudillado por un inconmensurable Maradona, delgado como nunca lo estuvo, motivado y resuelto a que Bilardo cumpliese su compromiso previo al Mundial: «deme un mes de su vida y le haré el futbolista más grande de la historia». Y quizás lo consiguió este entrenador culto, con una peculiar forma de ver y entender el fútbol y la vida. Tan importante es el resultado y tan enconada fue la polémica entre estas dos corrientes, que hubo de «inventarse» una denominada «tercera vía», tan resultadista como la que más, aunque vino a poner un poco de paz en la polémica: la encabezada por Carlos Timoteo Griguol y su discípulo Héctor Cúper. Quizás a Bilardo todavía se le recuerda por las imágenes en las que decía al masajista Domingo Pérez, que al enemigo ni agua, que había que pisarlo y que se quería morir en un partido jugado por el Sevilla ante el Deportivo en Riazor. Pero aquello fue desnudar ante las cámaras el código sagrado del fútbol argentino de que lo que sucede en el campo se queda dentro. Tan sutil y quebradiza es la línea entre las tendencias en fútbol que aún se recuerda el comentario asombrado de Bilardo en Tenerife cuando sus rivales, el tándem formado por Valdano-Cappa, perdían tiempo cuando su equipo ganaba por 1-0 al de Maradona y Simeone. «Estos son los que critican mi fútbol», decía entonces Bilardo, para quien en las islas las mariposas volaban felizmente sobre un cielo azul, comentarios que impactaron a su suplente, Monchi quien ayer lo recordó con su teoría de los «rabanitos»: de un color por fuera y otro dentro.