El sepelio de Pantani sirve como un acto de repulsa a la sociedad
«Adiós Pirata, campeón incómodo, asesinado por el deporte», rezaba una polémica pancarta
Más de 20.000 personas dieron su último adiós al ciclista italiano Marco Pantani, que fue hallado muerto el pasado sábado en un hotel-residencia de Rímini, en la ceremonia fúnebre que pudo ser seguida a través de una pantalla gigante y que se celebró en la Iglesia San Giacomo Apostoli de Cesenático. Tan sólo los familiares y amigos íntimos del corredor pudieron acceder al interior de la iglesia, donde acudieron, entre otros, varios integrantes del equipo Mercatone Uno, los ex ciclistas Gianni Bugno, Francesco Moser y Davide Cassani, y el ex campeón de esquí Alberto Tomba. Uno de los primeros en llegar a la iglesia fue el ex corredor luxemburgués y gran escalador Charlie Gaul, muy aplaudido. Ya desde la tarde del martes, miles de aficionados y paisanos de Pantani se acercaron a la capilla ardiente. «Asesinado por el deporte» Muchas de las personas que se reunieron en torno a la iglesia llevaban pancartas de adiós a Pantani. «Ciao Pirata» o «Marco siempre serás nuestro campeón» son algunas de las frases que se podían leer, y también la polémica pancarta del club «Mágico Pantani» que decía: «Adiós Pirata, campeón incómodo, asesinado por el deporte». La iglesia se vio inundada de flores y mensajes. Entre las decenas de coronas se encontraba una firmada por el príncipe Manuele Filiberto de Saboya, una totalmente rosa, del diario patrocinador del Giro, La Gazzetta dello Sport , del equipo del Milan o de compañeros como Claudio Chiappucci. El ayuntamiento colocó por todo el pueblo carteles en los que Pantani estaba con los brazos levantados.