«No sé si volveré, pero si lo hago será como español»

El fondista español de origen alemán Johann Muehlegg, cuya sanción por dopaje de dos años que le impuso la Federación Internacional de Esquí (FIS) vence el próximo lunes, día 23, declaró ayer que no sabe si regresará a la competición, pero que si lo hace, lo hará «sin duda, como español». En una entrevista con la Agencia Efe, Muehlegg declaró que su futuro deportivo dependerá de la reunión que mantendrá, posiblemente la semana que viene y junto a sus abogados, con representantes del Consejo Superior de Deportes (CSD) y de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI). «Soy un luchador nato y en mi fuero interno deseo volver a competir, pero si seguiré o no es algo que no sé al cien por cien. Yo sólo soy un deportista, no soy un dirigente deportivo. Hasta ahora, la gran carga de mi defensa ha corrido de parte de mis abogados. Me gustaría seguir, pero todo dependerá de la reunión que mantengamos y de las posibles bases que se sienten para un posible regreso», aseguró. «Si vuelvo a competir, lo haré como español, pero hay que esperar a ver cómo se desarrollan las cosas. He seguido entrenándome, sobre todo en Grainau (cerca de Garmisch, en Baviera, donde su familia regenta un hotel) pero, obviamente, no con toda la contundencia necesaria. Estamos casi al final de la temporada y parece claro que si regreso a la competición, sería la campaña próxima, antes no sería posible», declaró. Muehlegg, vencedor de la Copa del Mundo de esquí de fondo 1999-2000 y campeón mundial de 50 kilómetros libre en 2001, en Lahti (Finlandia), ganó tres medallas de oro durante los Juegos Olímpicos de Salt Lake City 2002 -en los 30 kilómetros, estilo libre; en persecución y en los 50 kilómetros, clásico-, pero fue despojado en primera instancia del tercero de estos trofeos, tras dar positivo por darbepoetina en un control por sorpresa que se le efectuó el 21 de febrero de ese año, dos días antes de la prueba. «Juanito», de 33 años, fue expulsado de los Juegos -el 24 de febrero, día de su clausura-, tuvo que devolver la tercera medalla de oro y la FIS le sancionó con dos años de suspensión después de que un día más tarde un contra-análisis confirmase el positivo. El fondista bávaro -con pasaporte español desde noviembre de 1999-, que nunca dio positivo en los controles efectuados inmediatamente después de las tres pruebas olímpicas en las que acabó primero, siempre se declaró inocente y apeló al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que desestimó su recurso el 24 de enero de 2003.