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Nikolaidis intenta zafarse del acoso de Andrade y Romero

Publicado por
Ignacio Tylko - madrid
León

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En su cuarto enfrentamiento de la temporada, el Deportivo se dejó en el Calderón dos puntos fundamentales en la lucha por el título porque Tristán tuvo una tarde negada ante el gol. Los gallegos, que repitieron el mismo resultado cosechado en Copa en este escenario, manejaron mejor los tiempos del partido, llegaron mucho y bien en la segunda parte, pero se mostraron romos y no pudieron sumar su cuarto triunfo consecutivo. Eso sí, fruto de su extraordinario entramado defensivo, los de Irureta volvieron a dejar por cuarta semana seguida su portería a cero. El Atlético, sin Torres, se dejó el alma en el partido, fue de más a menos, y arañó un punto que no le supo mal pero le mantiene lejos de un puesto en la Liga de Campeones tras cinco jornadas sin ganar. El chaval Arizmendi, sustituto de Torres, fue su futbolista más interesante. El Atlético hizo un enorme esfuerzo en la primera mitad para dominar al Deportivo, con una presión muy adelantada, pero su gasto resultó estéril porque no se tradujo en ocasiones. Como si cumplieran un guión, los gallegos se limitaron a cerrar su cueva y dejaron que los rojiblancos se cansaran. Si Molina intervino poco, apenas para salvar con los puños un centro-chut envenenado de Aguilera, Aragoneses fue un mero espectador. El Atlético ahogó por completo al rival, incapaz de dar tres toques seguidos con sentido. Ni Valerón, ni Víctor, ni Luque, y mucho menos aún Tristán, fueron felices ante contrincantes tan atosigantes. Prisas frente a orden Los de Manzano, muy metidos en el juego desde el pitido inicial, lo intentaron por todos lados, pero no pudieron quebrar la enorme resistencia blanquiazul. Los de Irureta se estiraron más en la reanudación frente a un adversario encogido, sin oxígeno. En sólo diez minutos, el Depor creó más peligro que en todo el partido. Jabo movió ficha, retiró a Valerón, con una rodilla renqueante, y apostó por Fran. En pleno dominio visitante, Tristán erró otra ocasión pintiparada, al lanzar a las nubes un gran pase de Víctor que se comió Aragoneses. Más tarde, el sevillano no llegaría a otro envío de Luque que parecía medio gol. Manzano, que se temía lo peor, retiró a Ibagaza, con problemas musculares, y se llevó la pitada del público. Silbidos que se tornaron en aplausos cuando los «colchoneros» terminaron con los canteranos Arizmendi y Toché en el césped y encerrando al rival.

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