Gerard da al Barça la quinta victoria de forma consecutiva

El Barça consumó su gran estado de forma apartando al Valencia del liderato después de sumar su quinta victoria consecutiva en la Liga gracias a un solitario tanto de Gerard. Ambos adversarios protagonizaron un duelo muy atractivo que Mestalla vivió intensamente por culpa de su obsesión con la tripleta arbitral. El conjunto local arrancó a toda potencia sometiendo a su rival a una presión exhaustiva. Un dispendio de energía que no tenía repercusión en la parcela ofensiva por culpa de la baja de Aimar. El Valencia sufría en exceso cuando debía elaborar la jugada ante un Barça que, bien posicionado, empezaba a carburar. Pese a la ausencia de Davids, Rijkaard mantuvo el dibujo táctico con la entrada de Motta. Los azulgrana aguantaron a la perfección el primer arrebato valencianista para recuperar el esférico y mostrar su mejor cara. La movilidad de Saviola y el buen hacer de Xavi y Ronaldinho superaban el entramado defensivo de Rafa Benítez aunque sin crear mucho peligro. El Barça dominaba el tempo del partido hasta que un choque entre Valdés y Márquez, tras una salida a destiempo del portero azulgrana, acabó con el defensa en el túnel de vestuarios. La entrada de Óscar López provocó una ligera pérdida de concentración que el Valencia aprovechó para levantar el ánimo con un remate de cabeza de Baraja que Xavi salvó debajo de los palos. Después de diez minutos de descontrol azulgrana, el partido recobró su aspecto anterior. El Barça recuperaba el esférico ante un Valencia excesivamente pendiente de la actuación arbitral. Los jugadores locales discutían todas las señalizaciones de Rubinós Pérez sin tener en cuenta que en el minuto siete el árbitro madrileño pudo señalar un penalti por manos de Pellegrino tras un disparo de Van Bronckhorst. Apagón general El ritmo eléctrico de la primera mitad pasó factura tras el descanso. El partido entró en un ritmo pausado en el que destacaba la magia de Ronaldinho. El brasileño rompía la mediocridad con acciones de gran nivel que, pese a su belleza, no tenían trascendencia. El Barça seguía con la posesión del esférico y daba más sensación de peligro ante un rival que parecía dormido. Benítez intentó activar a su equipo introduciendo a Sissoko por Oliveira. A pesar de la leve superioridad azulgrana, el partido decaía obsesionándose con el empate final hasta que llego la cabeza de Gerard. Tras una buena opción de Baraja que Valdés resolvió con solvencia, el ex valencianista desató la algarabía del banquillo azulgrana rematando en la soledad un saque de esquina. El Barça alcanzaba la victoria gracias a su mejor estado de ánimo y al nerviosismo del Valencia, que anduvo más preocupado del árbitro que de apostar por la victoria en un partido de poder a poder.