Ademar recurre a un par de fases de inspiración para quedar bien
Triunfo sencillo del equipo leonés con otra muestra de talento de Perales y goles de Juanín
La vida sigue apacible en la casa marista. No hay más sustos de los debidos en el asunto de las renovaciones, que al final terminarán como decían los papeles hace un par de meses, la peña se lo pasa bien en la grada, el equipo gana con la brillantez necesaria para no generar cabreos innecesarios ni euforias excesivas y el temporal de nieve de la mañana se hizo casi anécdota por la noche. Todo tranquilo. En lo que la semana que viene el primer equipo viaja a Éibar, para jugar con el Arrate y recuperar el sabor de los partidos de los años 80, y a sabiendas de que después pasa por León el Pilotes Posada, la Liga Asobal ofrece una pausa de calma y templanza al conjunto leonés que bien sugiere un punto de análisis. No conviene perder más neuronas de las justas en significar que el triunfo de Ademar sobre el Teucro en León fue cosa de dos retazos puntuales: un buen cierre de primera parte y un mejor arranque de segunda, con la connivencia de meros detalles concretos, como el muy particular sentido del juego que asume Rafa Dasilva, por más que los números (6/7) le sigan dando la razón, o bajo el paraguas de una de las parejas arbitrales más flojas de la competición. No es tema de preocupar que Juanín fuera un filón -sólo explotado a medias- y que por el ala izquierda llegara la sangría de goles que definió el partido. Sí es más complicado saber qué punto de importancia tiene en las irregulares actuaciones de Kasper todo el asunto del futuro, cuando el tema está más que decidido desde hace un par de semanas. No es una sorpresa que Perales, más hecho en fundamentos como central que ningún otro de los jugadores del actual equipo, tenga un partido casi redondo cada vez que la cabeza está en su sitio y tranquila. Sí es más conveniente debatir en torno al carácter cambiante que tienen los partidos de Metlicic en España, cuando bajo el escudo del equipo nacional sale balonmano a raudales. No es justo que la labor de Vatne pase tan inadvertida que a veces quede tapado el papel de coloso en la defensa. Sí es de recibo preguntarse donde está el punto de normalidad que necesita Kjelling para ser la referencia ofensiva del equipo que, con cada vez más idas y venidas, convierte en una incógnita absoluta su rendimiento. Cambio de defensa Así que el asunto de las diatribas, visto lo visto, habilita otro tipo de lecturas, menos simples que las habituales. Un ejemplo. León decidió ayer que en 5-1 la defensa funcionaba mejor, por más que cerrarse atrás en 6-0 fuera mejor fórmula últimamente, cuando -curioso- resulta que la mayor parte del bacalao mejor vendido se coció en la zona del centro, con el trabajo estajanovista de Héctor en el apoyo al baluarte noruego a cuya vera se sustentó todo el tema en cuestión. Y eso, por no hablar del retorno a la buena senda en el contraataque, esa carta que siempre esconde bajo la manga la escuadra de Cadenas, y que tan escondida andaba últimamente. No hubo mucho más partido. Teucro estuvo de gallito y mandando en el marcador durante el primer cuarto de hora. Jorge Martínez le dio a la portería la consistencia que no había tenido hasta entonces, en el vaivén de configuraciones que asistieron a la primera línea, Raúl Entrerríos y Perales terminaron siendo la referencia básica, y entre un parcial 4-1 previo al descanso, con tres goles de Juanín, por cierto, se acabó la primera entrega. Bajo el mismo guión Después del descanso, León se repitió en el guión, y colocó otro parcial 4-0 (18-11) que mató el partido y dejó la tarde para otros menesteres. El primero, comprobar que la escuela de valores del FC Barcelona ha dejado escapar mun producto apetecible, de nombre Viran Morros, que apunta formas muy interesantes vistiendo los colores del Teucro, y que Nesterov ha dejado de ser ya hace tiempo aquel formidable jugador que conoció España. El resto de la historia no dio para mucho más. «Hubo partido hasta que los árbitros nos los han permitido» se quejó Modesto Sanjuan. «No quiero decir que Ademar ganara por los árbitros, pero han tenido una influencia importante en el partido, especialmente al final de la primera parte. Las sanciones disciplinarias se han considerado de forma diferente en una parte y en la otra. La defensa arriesga sólo hasta donde el árbitro le deja y el atacante es más temeroso a la hora de lamzar cuando pasan esas cosas, y de esa manera, lo más normal es que Ademar pudiera sacar a relucir su mejor arma, que es el contraataque. No digo que favorezcan a los grandes, pero hoy no han estado bien». Queja significativa.