VENTAJA AL RESTO
Vuelve el león de la tierra
CON VEINTE TÍTULOS a sus espaldas, catorce sobre tierra batida, su superficie favorita, y con 27 años, el brasileño Gustavo Kuerten anunció en Costa do Sauipe, que aún es temprano para enterrarle y que es pronto todavía para olvidar al tricampeón de Roland Garros. Su victoria sobre el argentino Agustín Calleri en la final, con o sin la ayuda intimidatoria del público local, devuelve a Kuerten al primer plano cuando queda ya cada vez menos para que la temporada de tierra batida aparezca en el circuito, y con ella las grandes citas que gustan a los especialistas como él. Kuerten ha tardado casi dos años y siete meses en ganar un nuevo torneo en tierra batida (Stuttgart en el 2001). Aquella temporada fue fructífera para él, la mejor sin duda, pues ganó seis títulos en ocho finales, cinco de ellos en polvo de ladrillo, incluyendo su tercera corona en Roland Garros, con lo que unió su nombre a los de Bjorn Borg (6), Ivan Lendl (3) y Mats Wilander (3), como ganador de tres o más Abiertos de Francia. Parecía entonces imbatible. Esa sesión había constituido la continuación del final de la del 2000 donde se coronó campeón de la Copa Masters disputada en Lisboa, (su primer título en pista cubierta) y donde acabó por primera vez como número uno del mundo. Todo parecía salirle a pedir de boca, pero su cadera derecha se resentía notablemente y pedía con urgencia una solución. La tomó y el 22 de febrero del 2002 pasó por el quirófano en Nashville para subsanar de una vez esa zona. Dos meses después reaparecía en Mallorca, en tierra batida, donde alcanzó los cuartos de final, pero su rendimiento no era el mismo que antes y lo notaría después en su pista favorita, la central de Roland Garros, donde Albert Costa, luego campeón, acabó con él en octavos. La felicidad llegó para él en Costa do Saupie, pero cuando el torneo se disputaba en pista dura. Allí salvó un punto de partido contra el argentino Guillermo Coria antes de ganar el título. Significaba su regreso, aunque la asignatura pendiente de tierra batida continuaba. Ganador en Auckland y Sant Petersburgo en el 2003, además de ser finalista en el Masters Series de Indian Wells, parecía que Guga no volvería nunca más a levantar un trofeo disputado en tierra batida. En esta temporada lo tuvo cerca en Viña del Mar, pero el chileno Fernando González lo impidió ante su público. Dos semanas después ha demostrado que la constancia ha merecido la pena. Las cifras le consagran ya como un gran especialista en pista lenta, con 14 victorias y solo cuatro derrotas en finales (20-9 en todas las superficies) y lo más importante, demuestran que su competitividad se mantiene. Ahora, con 14 partidos ganados y solo cuatro perdidos en lo que va de temporada, sus esperanzas aumentan. Para Larri Passos, su entrenador, la victoria en el Abierto de Brasil demuestra que su garra, corazón y estrategia continúan intactos.