«Duele la falta de reconocimiento»

De la bicicleta a la electrónica. Su última carrera, el Critérium de Valencia en noviembre. Después de tener que dejar el ciclismo profesional al no ser renovado por su equipo y no encontrar ofertas, César García Calvo se pelea ahora con los cables y los robots. A su cargo está el mantenimiento de las máquinas que se dedican a trabajar el cristal cortándolo o dándole la forma adecuada en la empresa Vitro de Parandones. Su formación previa al mundo del ciclismo e incluso en momentos libres cuando corría le permiten ahora tenr una vida laboral. García Calvo señala con dolor que no se le ha reconocido por las instituciones de su tierra como sí se ha hecho con compañeros suyos en otros lugares de España. -¿Cuál ha sido la muestra de cariño que más le ha calado al tener que abandonar el ciclismo activo? -Muchas. Hay gente que te para por la calle, te apoya, te anima y te da una palmadita en la espalda. También me supo muy bien la del Promesas Ponferrada a los pocos días de decidir dejarlo. Pero institucionalmente no ha habido ninguna. A pesar de llevar el nombre de Ponferrada y de la comarca por toda España, nadie se ha acordado de mí y eso duele. Otros ciclistas que han corrido conmigo y también se han retirado este año han recibido un reconocimiento de sus ayuntamientos, pero bueno; los otros apoyos compensan la falta de éstos. -¿Cómo es la vida de un ciclista tras la retirada? -Más tranquila y relajada; con menos nervios y también algo más monótona. -¿Sigue pendiente de la competición, aunque aún estemos en los primeros compases de la temporada? -De vez en cuando sí. Una cosa no quita la otra. Ahora me intereso, pero no tanto. Miro más cómo les va a los muchos amigos que hice en mi carrera profesional, pero tampoco me intereso tanto por quiénes ganan o no. -¿Le preguntan mucho de ciclismo tus nuevos compañeros en el trabajo? -De vez en cuando porque hay gente aficionada, pero tampoco excesivamente. Te preguntan sobre todo por las comidas, los entrenamientos, los vampiros o las azafatas. -¿Y extraña a los vampiros? -Para nada. Tampoco extraño tener que estar en tensión por si vienen a tu propia casa y te sacan sangre. Además, te controlan. Parece dictatorial. Tienes que decir dónde estás; te controlan, incluso cuando te vas de vacaciones. -¿Es más duro subir a una cumbre o realizar tu nueva labor profesional? -Es distinto. El ciclismo te ata mucho. Te gusta, pero es duro porque no puedes hacer nada más en todo el día; en el trabajo sí. Encima me gusta y puedo hacer otras cosas. -¿Sigue subiendo a la bici o poniéndote el maillot? -Muy poco. Acabas saturado y hay que desintoxicar un poco el cuerpo. Creo que no he salido ni diez veces desde que lo dejé. Sólo a sacar a los chicos de la escuela de Cacabelos y poco más. Ahora me dedico a otros deportes y aficiones para los que no tuve tiempo antes: montar a caballo, pasear por el monte, correr, ir a pescar o a nadar. -¿Caerá la afición al mundo del ciclismo en El Bierzo tras tu retirada? -No sé. Mucha gente ya no ve la tele. Me dicen que ahora que no estoy yo para qué van a verlo. Yo creo que debieran seguirlo de cualquier modo. -¿Le gustaría dedicarse a la política? -No me importaría. Me agradaría ayudar a gente y deportistas que empiezan a tratar de labrarse un futuro. Los deportistas buenos tienen que irse por falta de ayudas y a que no ocurra eso es a lo que me gustaría contribuir. -¿Por quiénes apuesta para el triunfo en la Vuelta Ciclista a España, el Tour de Francia y el Giro de Italia? -Valverde para la ronda española, él mismo, Garzelli u otro italiano para la ronda transalpina y para el Tour vuelvo a apostar una vez más por Lance Armstrong. -¿Tenía relación personal con Marco Pantani? -No; lo conocía porque coincidimos en varias carreras. En el ciclismo siempre estamos más o menos los mismos. Recuerdo haber corrido con él en la Vuelta de 2001 o en la ronda de Murcia de 1999. -¿Su nueva vida laboral le agrada ? -Sí; es para lo que me formé. Yo estudié para Técnico Superior en máquinas eléctricas. La rama es para planificar, crear y diseñar esas máquinas. También he empezado Ingeniería Industrial que espero acabar este año.