Gallardo logra el pase a la final de 3.000 tras batir su marca personal

El atleta ponferradino Sergio Gallardo consiguió ayer meterse en la final de 3.000 del Mundial Indoor que se disputará esta tarde en Budapest al conseguir el cuarto puesto en su serie. Gallardo, que corrió la semifinal más rápida, estableció una nueva marca personal de 7:48.27 y consiguió el pase en el último suspiro de la prueba, al superar al ucraniano Sergiy Lebid, campeón de Europa de cross. Gallardo correrá la final junto a Antonio Jiménez «Penti», que sufrió un empujón del holandés Gert-Jan Liefers al entrar en la última vuelta. Era el peor sitio para salirse de la pista, justo al paso por el marcador electrónico, pero sus recursos de obstaculista (es el actual campeón de Europa de la especialidad) le permitieron salir del apuro sin más daños que una herida sangrante en la pierna izquierda. Penti llegó tercero con un tiempo de 7:52.25. Por su parte, Marta Domínguez y Antonio Jiménez recurrieron a su mejor virtud, la garra, para meterse en la final mundialista de 3.000 metros y lavaron con su actuación el paso decepcionante de Yago Lamela por Budapest, adonde llegó con la etiqueta de subcampeón mundial de longitud. Lamela, como le ocurrió en los Juegos Olímpicos de Sydney, fue eliminado en la calificación. Esta vez su mejor salto fue de 7,95 metros, una marca inexpresiva para sus posibilidades que le dejó a un centímetro de la final. El asturiano, según su entrenador, Rafael Blanquer, estaba «de paso» en Budapest porque trabaja exclusivamente para los Juegos de Atenas. Debutó con un salto de 7,90, se alargó hasta los 7,95 en el segundo y cerró con 7,87. El británico Christopher Tomlinson, con 7,96 en el último intento, le arrebató el octavo puesto que daba acceso directo a la final. Un solo centímetro le privó de la medalla de oro, hace un año en los Mundiales en sala de Birmingham (el título fue para el estadounidense Dwight Phillips con 8,29), y la misma insignificante medida le apartó ayer de la final. Marta Domínguez, por el contrario, proclamó a los cuatro vientos su ambicioso objetivo de triunfar tanto en invierno como en verano. «Preparo dos picos de forma. Si fallo aquí, no me servirá de excusa la preparación de los Juegos». La palentina estuvo siempre atenta en cabeza y sólo en las dos últimas vueltas de la primera semifinal de 3.000 dio muestras de alguna flaqueza. Cuarta en su serie, se metió en la final con mejor marca del año (8:51.05). Mayte Martínez superó la primera criba de 800 y ya anticipa «una final muy dura». Se clasificó con más facilidad de lo que pudiera deducirse de su inútil esprint, porque temía que la tercera venía cerca.