Diario de León

Gallardo se consagra en Budapest como el quinto mejor registro

La actuación del berciano salva una jornada decepcionante para el equipo nacional

El gesto del keniata expresa la tensión  con Gallardo de fondo

El gesto del keniata expresa la tensión con Gallardo de fondo

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Fernando Miñana - budapest
León

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España sigue en blanco en el Mundial de Budapest. Sólo queda una de las tres jornadas y sigue sin asomarse por el medallero. La final de los 3.000 estuvo a punto de hacer saltar el cerrojo, pero Penti (7:58.23) se quedó en el umbral con un cuarto puesto, justo por delante de Sergio Gallardo (7:58.96), que, hasta el momento, es lo mejor del combinado nacional en el Sport Arena. Antonio Jimenez Pentinel se quedó sin premio, pero engordó su fama de gran competidor. El sevillano es un corredor voraz. Nunca se achica. Exprime toda su fuerza. Penti estuvo a punto de dar alcance al etíope Markos Geneti -un suplente de los galácticos Gebrselassie y Bekele-, que acabó, igual que los españoles, rindiéndose a la explosividad final de dos mediofondistas como Bernard Lagat (primero con 7:56.34) y Rui Silva. El keniano no es tan popular como otras estrellas, pero es un atleta descomunal, como acredita su marca en los 1.500 (3:26.34). El portugués, un 3.30 en el «milqui», se tuvo que conformar con la medalla de plata. Penti sale reforzado en su retorno a las grandes competiciones. El campeón de Europa rinde donde se lo propone. Con obstáculos o sin ellos. En pista o en campo a través. En Budapest reclamó un respiro.

, anunció. Pero al final anduvo muy cerca en una carrera de 3.000 en la que se graduó Sergio Gallardo, cuyo quinto puesto tiene un mérito enorme. La segunda jornada del campeonato del mundo en pista cubierta resultó frustrante. Varios españoles peleaban por entrar en las finales y la mayoría murió en el intento. Las opciones de medalla se han reducido de forma considerable después de un día nefasto en el que se despidieron referencias tan claras como Ruth Beitia, David Canal, Mayte Martínez, Antonio Reina o Juan Carlos Higuero. Los únicos que se salvaron del naufragio fueron Marta Mendía, Concha Montaner y José Antonio Redolat, que se metieron en sus respectivas finales, aunque tampoco emitieron señales que permitan soñar con el podio. También sobrevivió Manolo Martínez, la gran esperanza junto a Marta Domínguez para lograr una recompensa en el último día de competición. El lanzador leonés disfrutó al fin de una plácida calificación. Su primer tiro (20,59) le transportó directamente a la final sin necesidad de volver a coger la bola. Manolo Martínez pasó con la tercera mejor marca y este domingo se encontrará con la posibilidad de revalidar el título de campeón del mundo bajo techo. Tiene sus opciones, pero muy parecidas a la de los siete rivales que pretenden arrebatarle el cetro. La de peso será una de las finales más exigentes del Mundial. Redolat, el «tapado» Los siempre sugerentes 1.500 se cobraron otra víctima. Juan Carlos Higuero volvió a marcharse de una gran competición con una mueca de decepción. El burgalés llegaba con una tarjeta de presentación excelente: invicto este año y autor de la cuarta mejor marca mundial. Estaba con bríos renovados tras su paso por el diván. La ayuda de un psicólogo le había endurecido mentalmente. Ninguneaba a los rivales, a los que denominaba . Pero en las semifinales se encontró con viejos espectros que le bloquearon cuando el guión reclamaba su habitual cambio de ritmo. Higuero acabó quinto (3:42.25). Pobre bagaje.
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