PRIMERA DIVISIÓN
El Valencia arrebata al Deportivo el papel de perseguidor del líder
Dos penaltis y la expulsión de Mauro Silva marcan el devenir del partido contra los gallegos
Andrade, vuela por los aires junto a Mista y el portero Molina durante la jugada del segundo penalti
El Valencia ha vuelto con fuerza a la lucha por el título de Liga, y a pesar del resultado, con emoción, ya que sufrió durante la segunda parte ante el equipo coruñés y no tuvo asegurado el triunfo hasta el tiempo de prolongación. Después de un polémico penalti que detuvo Molina, el segundo que cometió Mauro Silva sobre Aimar y que costó el 1-0 y la expulsión del brasileño marcó un choque decisivo para el gran perseguidor del Madrid, en el que brilló por encima de todos Vicente. El extremo del Valencia marcó dos de los tres goles, dio la última asistencia, y mandó dos disparos al larguero de la portería de un Deportivo que también se jugaba la Liga, pero no pudo ofrecer su mejor rendimiento al quedarse muy pronto con un jugador menos. Pero el Valencia, a excepción de Vicente y su defensa, tampoco rindió a un buen nivel, y Mestalla no pudo respirar hasta el minuto 91, cuando el extremo internacional puso el 2-0 y acabó con el nerviosismo. Acicate añadido A pesar de que Molina detuvo un penalti a Baraja por un derribo de Romero fuera del área, el Valencia no desperdició la inmejorable ocasión que se le presentó con el segundo penalti que no falló Vicente y la expulsión de Mauro Silva. La ventaja por el 1-0 y la diferencia numérica fue un acicate para el Valencia, que pudo irse al descanso con un marcador más amplio si el travesaño no hubiese repelido un magnífico remate de Vicente a los 27 minutos o si Juan Sánchez hubiese estado más acertado en el tiempo añadido de ese primera periodo. Fue el Deportivo quien rozó el empate con un centro-chut de Fran que a siete minutos del final puso al borde del infarto Mestalla, que pitó a su equipo durante la segunda parte por hacer sufrir tanto a la afición, hasta que apareció de nuevo Vicente para, con dos golpes de calidad, acabar con todas las dudas. Un premio excesivo a los locales y un castigo muy severo a un Deportivo que mostró sus cualidades en Mestalla con el único pero de la falta de acierto ante la meta de Cañizares.