SAQUE DE ESQUINA
Míchel Salgado, el héroe de la noche
NO HACE controles absurdos para la galería, de esos que se aplauden y que no sirven para nada pues van para atrás, sin el rumbo idóneo. Tampoco apela al taconcito de rigor para ganarse el sueldo. Míchel Salgado cuenta con otros argumentos futbolísticos, igual de importantes y necesarios en un equipo, aunque a algunos parece que sólo entienden el fútbol desde las acciones circenses. Salgado entró una vez más en la historia del Real Madrid. El 1-0 lo mandó a la red Zidane, pero el auténtico autor del gol fue el número dos del Real Madrid. Míchel puso al Madrid en los cuartos de final con una labor encomiable. A los 32 minutos, luchó por un balón imposible ante Kovac, saltó con autoridad y energía en el área de Kahn y regaló a placer a Zidane una pelota que puso en órbita a la plantilla de Carlos Queiroz. Salgado no se conformó con su autoridad ofensiva. Regaló esfuerzo a todos sus compañeros en un acto de generosidad plausible. Antes de llegar al descanso, Míchel volvió a salir en la foto. Sacó en la raya de gol un disparo de Pizarro que se colaba en el portal de Iker Casillas. Era su segunda aparición en escena como actor principal. La reflexión del Madrid de esta época es evidente. Por mucho artista que haya en el césped, si no aparece el personal de infantería, que lucha, que aprieta, que entrega todo su corazón, el Real Madrid nunca llegaría a nada. Salgado, con Raúl de guía, enseñó esta noche en el Bernabéu el camino a seguir por sus compañeros. Al Madrid le vino bien jugar serio. Hoy por fin jugó con once tipos a nivel colectivo. No era un día para alegrías, ni arriba, ni abajo. Cuando a Míchel Salgado le enseñaron hace un mes un cheque en blanco para irse al Chelsea, se lo llegó a pensar. Desde que el club y el futbolista anunciaron su renovación formal, pero verbal, tardó luego el futbolista unos días en poner la firma. Abramovich no se rendía. Fueron momentos de duda para Salgado, porque el dinero que llegó a ponerle Abramovich era irrechazable. Salgado, al final, lo pensó bien y es que en el Madrid, si el equipo mantiene esta actitud, puede firmar este un récord de película. Ya ganó la Supercopa en verano y ahora van a por el triplete. El Real Madrid le da dinero y también, algo que no se puede comprar: títulos y gloria para un jugador siempre entregado.