| Entrevista | Vicente Bultó |
«Para el arbitraje hace falta talento»
Vicente Bultó afronta su nombramiento como árbitro representante de España en los Juegos Olímpicos como «un sueño», después de pasar 22 de sus 36 años con un silbato en la mano
Parece inalterable. Debe ser fácil llevarlo a cabo si uno aguanta desde los 14 años en una pista de baloncesto con el silbato como arma para hacer cumplir el reglamento, mientras se levantan los gritos de protesta alrededor. Ahora, Vicente Bultó (Oviedo, 1968), criado en León desde los 10 años, árbitro de nacimiento, alcanza su mayor éxito con el nombramiento para los Juegos Olímpicos de Atenas. -Uno se levanta de repente un día y tiene sobre la mesa un billete con destino Atenas. -Sobre las once de la mañana, me llamó Ángel Sancha, presidente del comité de árbitros, para decirme que la Federación Española de Baloncesto (FEB) había recibido de la Fiba un fax que notificaba mi nombramiento para las Olimpiadas. -¿Cuántos representantes españoles estarán en la cita? -En principio, sólo estaré yo. Por cada selección va un árbitro acompañante y luego otro grupo de compañeros que no pertenecen a países con representación. Aunque España cuenta con representación masculina y femenina, no consta más comunicación en la FEB. -¿Qué se siente en ese momento? -Para cualquier persona que esté en el mundo del deportes es un sueño estar en una Olimpiada, vivir una experiencia de este estilo es algo maravilloso. -¿Espera encontrarse con algún tipo de problema? -No varía para nada el tipo de exigencia que nos plantean, puesto que es un torneo internacional, en el que se desarrolla el mismo tipo de juego que en un Europeo o Mundial. -¿En quién recayó su primer pensamiento? -En el momento que conocí la noticia mi primer pensamiento fue para la escuela de árbitros de León y para Felipe Llamazares, que ha sido quien me ha enseñado todo. Este debe ser un aliciente más para los jóvenes, para saber que con trabajo todo es posible. Es prestigio y orgullo para el comité de árbitros de León. -Un colectivo al que está usted muy unido. -Mi primera licencia de árbitro es del año 1982, cuando todavía no existía escuela de árbitros en León, que fundó Felipe Llamazares en 1984 y donde ya trabajé como colaborador. -Los niños quieren ser base, alero o pivot, pero árbitro... -Cuando llegué a León ingresé en Luis Vives para cursar 7º de EGB y allí daba clase de educación física Felipe Llamazares. Un día en el recreo nos planteo si queríamos formar un equipo de mini-basket, donde jugué dos años. Justo en el año 1982 hubo un curso de árbitros y me animé. Yo ya disfrutaba arbitrando en los entrenamientos. -¿Son jugadores frustrados? -Eso es una leyenda. El árbitro es un deportista que se orienta hacia otra disciplina distinta. Yo conozco árbitros que han sido jugadores, y buenos jugadores. El haber sido jugador favorece. -Convenza a la gente para se haga árbitro. -El papel del árbitro es difícil socialmente. El espectáculo lo dan los jugadores: meten las canastas, hacen los mates, ganan torneos... Pero yo creo que el papel del árbitro es algo bonito; tener la oportunidad de impartir justicia es algo especial, hay que tener vocación para ello. -Entonces, para ser árbitro hay que nacer. -Para el arbitraje hace falta talento, un talento innato. Hace falta esa inquietud, ese algo distinto y, obviamente, partiendo de ahí el árbitro se hace con el tiempo, con el trabajo diario y el estudio. -Además, deberá contar con otro tipo de virtudes. -Lo primero de todo es ser personas. Tenemos que plantearnos nuestra escala de valores en la justa medida. Luego estaría la constancia y la responsabilidad. Pero todo envuelto en la honradez como persona. -Árbitro a los 14 años, en Primera B en 1986, ACB en 1992, internacional en 2002, Olimpiadas en 2004... -Queda muchísimo todavía, queda seguir trabajando día a día. Yo digo que la perfección en el arbitraje no existe, todos podemos mejorar y aprender cosas nuevas todos los días. Tengo la suerte de ser relativamente joven, me queda mucha carrera por delante y mantengo la ilusión de mejorar y seguir ayudando a los jóvenes. Hacerse expectativas a largo plazo no es bueno, prefiero aprovechar el momento. -No queda otra cosa que desearle suerte, porque en el arbitraje también existe. -Zanolin, el director ejecutivo de Fiba, dice que la suerte es como una fórmula matemática con dos partes: preparación más oportunidad. Cuando tienes la preparación y te dan la oportunidad es cuando tienes suerte.