Ademar se reitera en la mejoría de su juego y arrolla al Cantabria

El Ademar de León se impuso con rotunda claridad y comodidad a un Cantabria que cada día está más hundido moralmente y que lleva ya cinco jornadas sin conocer la victoria. Los de Manolo Cadenas se acabaron imponiendo sin mayores problemas con una renta muy destacada de once dianas, sin dejar jamás lugar a la sorpresa. El partido comenzaba, al igual que el resto de encuentros de todas las disciplinas deportivas este fin de semana, con un minuto de silencio en memoria de las victimas de los atentados de Madrid que fue además acompañado por los crespones negros que lucían las banderas del complejo deportivo y de los aficionados, y como no, de los brazaletes negros en las camisas de los jugadores de ambos conjuntos. La primera parte comenzó con igualdad por parte de los dos equipos, que en los primeros quince minutos de juego se mostraron mucho más eficaces en ataque que en defensas. Las intervenciones de ambos porteros en estos minutos fueron esenciales para sus conjuntos, aunque sin duda fue Kasper el que marcó la mejor diferencia hacia el Ademar y el que junto con la defensa, fueron los peores enemigos del Club Balonmano Cantabria, que comenzó a perdonar en los tiros a puerta y a descentrarse en defensa, dejando así actuar al Ademar con plena libertad hasta conseguir una ventaja de 7 tantos en el marcador (6-13, minuto 25). La marea roja de aficionados del Ademar que inundó el Palacio de Deportes de Santander, no dejó de animar a su equipo desde el inicio del encuentro, dando un gran ambiente al partido, y unos ánimos que no fueron en vano para los de Manuel Cadenas que poco a poco hicieron más suyo el partido marcando bien las diferencias en el marcador ante un Cantabria que cada vez estaba más fuera de la cancha y en el que las individualidades se hacían notar mucho más que el juego en equipo. Tal vez, fue este el mayor pecado cometido por los santanderinos, junto con una defensa totalmente rota a merced del Ademar. A tan sólo cinco minutos para el final de la primera parte, Juan José Campo, entrenador del Cantabria, no tiene más opción que pedir un tiempo muerto para intentar recomponer su equipo, que con un parcial de 0-4 para los de León, estaba totalmente deshinchado y sin motivación en la cancha. De poco le sirvió al entrenador estos segundos de descanso ya que la primera parte concluiría con una diferencia de 9 tantos en el marcador y un partido que cada vez se complicaba más (7-16 min. 30). En la segunda parte, y tras una charla en el vestuario, el Cantabria salió más unido a la cancha y con mucha más fuerza y entusiasmo, que se dejó ver en una mejora sustancial del juego de los locales que intentaba desesperadamente acortar distancias en el marcador. Pero el mayor error de los cántabros fue no aprovechar las superioridades y perdonar al Ademar que poco a poco se hacia dueño y señor del partido. Los ánimos se caldearon en las gradas y en la pista, pero el asunto no fue a más.