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El Madrid hace agua ante el Mónaco y suma un segundo fracaso aún más duro (3-1)

Raúl adelantó a los blancos, que recibieron un auténtico repaso del Mónaco tras el descanso Morientes: «Soy madridista, pero profesional y me debo a mi equipo»

Raúl, decepcionado tras fallar en los últimos compases del partido

Publicado por
Guillermo Ibáñez - montecarlo
León

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La Copa de Europa tampoco será para el Real Madrid, que fue un desastre en Mónaco y protagonizó un nuevo fracaso, uno de los más sonados de los últimos tiempos, y de graves consecuencias para el club de Florentino Pérez. Con el 4-2 de la ida y un 0-1 en el minuto 35, el Madrid dijo adiós a Europa de la forma más dolorosa, ante un grandísimo Mónaco que le dio un auténtico repaso en la segunda parte. El equipo de Carlos Queiroz jugó una aceptable primera mitad, pero fue arrollado tras el descanso por el Mónaco, que evidenció todas las carencias de este Real Madrid que está agotado física y psicológicamente en esta recta final de temporada y no tuvo ningún recurso cuando estaba eliminado en el minuto 67. Los «galácticos» se despiden también de la posibilidad del doblete, y no estarán en las semifinales por quinto año consecutivo. El privilegio, con todo merecimiento, será para Morientes y su equipo, que tendrán la oportunidad de alcanzar la final frente al Chelsea después de desnudar todas las carencias de un Madrid sin banquillo y pésimo en defensa. El Madrid, en una recta final de infarto y vibrante, incluso pudo llevarse más goles en el Louis II, porque el Mónaco lanzó dos balones al poste en esos últimos minutos en los que el equipo blanco se mostró impotente y lo fió todo a Raúl. Esta vez ni siquiera sirvió Ronaldo, que sólo generó la jugada del gol y tendrá que esperar para ganar su primera Copa de Europa. Al Madrid, pese a su claro dominio y la enorme diferencia de calidad técnica, ya le costó 35 minutos abrir el marcador, y lo consiguió precisamente cuando peor jugaba, cuando estaba durmiendo el partido. Apareció la velocidad de Ronaldo, y Raúl, desmarcado, tras dejarla pasar Guti, puso el 1-0 después de haber pasado el Madrid más de un agobio atrás, sobre todo en los balones diagonales y las acciones de siempre, a balón parado. Pero ese gol no desanimó al Mónaco, que con la colaboración de Morientes -se la dejó atrás de cabeza a Giuly- y algo de suerte, consiguió empatar en el descuento. La defensa del Mónaco funcionó a la perfección hasta pasada la media hora después de que los blancos ejerciesen veinte minutos de tremenda superioridad, con el balón como posesión absoluta, aunque sin llegada ni ninguna movilidad delante. Raúl bajaba a defender al medio campo, junto a Borja, y Guti podía maniobrar a sus anchas en la elaboración, en la que el Madrid apenas cometió errores en el pase, aunque faltaba velocidad arriba. Si el Madrid hubiese forzado más tendría que haber materializado su dominio con más de un gol. La debacle absoluta madridista llegó en la segunda parte, con el Mónaco volcado con la pelota sobre el área de Casillas y el Madrid, con un nefasto Helguera, haciendo aguas en defensa. El golazo de Morientes, ganándole el salto a Mejía y perfecto en la definición de cabeza, puso de los nervios al Madrid, y especialmente al inexperto Borja, que debió ser expulsado en el 62 porque se ganó la segunda amarilla. Pero Collina no quiso perjudicar más al Madrid, que estaba completamente desorientado y había desaparecido completamente A base de rapidez y toque, y sin renunciar a la lucha, el Mónaco comenzó a llegar en oleadas. El medio campo blanco, donde Guti ya no existía, no dejaba de perder balones y los despistes eran continuos. En otro balón diagonal Giuly la puso de tacón en la red y el 3-1 clasificaba al Mónaco y hundía al Madrid. Aún hubo tiempo para la emoción final con ocasiones de unos y otros.

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