Con el cambio de actitud defensiva la victoria sobre el Barakaldo se hizo muy sencilla
Fiel a los más tradicionales fundamentos del balonmano, Ademar se amparó en la defensa para ganar un partido que, en el ataque, encontró la batuta de Kjelling a la hora de guiar el torrente anotador local, una vez más, en puertas de los 40 goles, la cifra mágica a la que nunca llega el electrónico del Palacio. La irrupción en pista de Curuvija, Vatne y Colón, en el triple cambio que sobrevino a un time out solicitado por Cadenas al borde del primer cuarto de hora (8-9) cambió la decoración del choque y con un parcial 7-1 la historia del partido (15-10) estaba vista para sentencia. Cadenas retiró el papel defensivo a Juanín, pero por su lado, Suman solamente había hecho un gol. Mandó al banquillo a Héctor, pero Josemi solamente había anotado otro gol a aquellas alturas de partido. «Acabé cansado, pero muy contento. Cuando te sale un buen partido, siempre te vas feliz a casa» significó en la sala de prensa el pivote, notable en su labor. El segundo tiempo anduvo por los mismos derroteros. En los primeros 12,33 minutos de post-descanso, Barakaldo solamente había sido capaz de hacer dos goles (26-16). Así que hubo tiempo para las probaturas. Ya hacía un buen rato que Kasper estaba dando seguridad a la portería, así que se pudo hacer un test al 5-1 en defensa con Perales de avanzado y por las mismas, hasta Prendes tuvo minutos en el pivote en tareas de ataque. La llegada de Olsson vuelve a poner caras las plazas en la lista de convocados. «No creo que vaya a correr y a saltar como un chaval, pero nos enseñará» aseveró Kjelling.