BALONMANO
Portland y Valladolid escenifican su primer pulso en la gran final
Los navarros, que hoy ejercen como visitantes, intentarán sentenciar el título de la Recopa
El Portland San Antonio partió ayer hacia Valladolid donde hoy afrontará a partir de las 18.00 horas en el Pabellón del Pisuerga ante el Balonmano Valladolid el partido de ida de la final de la Recopa de Europa más equilibrada de los últimos años. El conjunto navarro ya sabe lo que es ganar la Recopa de Europa, título que conquistó el 30 de abril de 2000 ante el Dunaffer. En esta ocasión, los navarros apuran sus opciones para cerrar la temporada 2003-04 con un trofeo, mientras el Valladolid ha disputado varias finales europeas sin obtener recompensa. En este sentido, el técnico antoniano, Francisco Javier «Zupo» Equisoain, reconoció que, además de ser la octava final española en la historia europea, será una de las más equilibradas de los últimos años. Tras perder el año pasado contra todo pronóstico la final de la Copa de Europa ante el Montpellier francés, Equisoain asegura que el equipo navarro busca revancha. «Nosotros sabemos que la pista del Valladolid es una de las más complicadas y que ellos van a explotar al máximo el factor cancha, pero nuestro objetivo es ir a hacer un buen partido e intentar ganarlo». «En estos partidos, con un título en juego, todo cambia y la final va a depender del estado en el que llegue cada equipo. Nosotros estamos bien y espero que hagamos un buen partido en la ida, porque estoy convencido de que el título se va a decidir en Pamplona», afirmó. Con la baja del lateral zurdo Alberto Martín, el entrenador ha desplazado al resto de la plantilla. El Altea, ilusionado Por su parte, el Altea afronta hoy a las 19.00 horas en su feudo del pabellón Garganes el partido de ida de la final de la Copa EHF entre la ilusión que supone disputar el compromiso más importante de sus 25 años y el respeto que inspira su rival, el Kiel, un histórico repleto de internacionales. El partido ha despertado un gran expectación en Altea ante la primera final de su historia donde se espera un lleno a rebosar con al menos 150 seguidores alemanes, a los que se instalará en una grada supletoria.