Los cursos acelerados del P.P.O.

CUANDO SON pocas las jornadas que restan para llegar a la conclusión y dar por finiquitada la temporada para la inmensa mayoría de los equipos, les espadas continúan en todo lo alto para dos conjuntos leoneses, el Promesas Ponferrada, que presenta su candidatura a luchar por los puestos de promoción; y el Atlético Bembibre, que trata de salir de posiciones de descenso. Los restantes equipos dirimen sus posibilidades de mejorar en zona de nadie. Esta es la realidad del fútbol provincial, a pesar de que algunos intenten desviar la atención para verlo de otra manera. Al finalizar la competición se debe analizar lo sucedido y planificar verdaderamente el futuro de este deporte en León con organización y orden, y no con impulsos ni a la ligera, pues es a lo que se está acostumbrado porque si no el túnel será muy oscuro. Hoy día cualquiera llega, coge una batuta y dirige la orquesta, pero una estructura de un club es más que todo esto, ya que cada vez cuesta más conseguir recursos para mantenerlo. Los proyectos cuando se planifican no se pueden hacer a la ligera, porque deben estar bien estudiados y construidos en relación a sus posibilidades, porque los sueños no traen más que pájaros en la cabeza y no realidades. El Promesas Ponferrada continúa en la pugna por conseguir una de las cuatro primeras posiciones. El triunfo logrado en los últimos compases del encuentro dice a las claras de la competitividad mostrada. Su fortaleza defensiva está más que contrastada pero su escasa capacidad goleadora sigue condicionando sus partidos y eso, a estas alturas de temporada, resulta vital, pues los puntos hay que sumarlos de tres en tres. Jugadores como Vila no terminan de encontrar el camino del gol después de muchas jornadas, aunque el que es goleador lo es por algo y más tarde o más temprano despertará y lo demostrará. El Atlético Bembibre debe luchar hasta el final y no venirse abajo a pesar de que aparezcan adversidades cuando ya no hay tiempo de reaccionar. Las distancias son cortas y la salvación está a la vuelta de la esquina. Ahora, sólo falta conseguir los triunfos y eso se logra con grandes dosis de trabajo, tranquilidad y confianza. La Bañeza consiguió una victoria más deseada que esperada y que supuso una mano involuntaria al Promesas al quitarle definitivamente a un rival del camino. La victoria supone una fuerte inyección de autoestima para jornadas venideras en las que la falta de motivación puede convertirse en su mayor enemigo. La Cultural B mantiene su irregular trayectoria en los últimos partidos. La palabra consolidación no parece estar incluída en su vocabulario y es que hay momentos donde el fuelle no funciona y la vela tiende a apagarse. La pasividad puede pasar una factura excesiva a un rival llamado inicialmente a lograr mayores cotas. La Hullera mejoró ostensiblemente actuaciones anteriores ante el filial. Esta vez no le temblaron las piernas y el equipo mereció mucho más por juego y oportunidades, pero falló en el remate final, lo que provocó un empate que supo a poco.