Villarreal y Valencia aplazan a la vuelta su pulso hacia la final

Ni Valencia ni Villarreal fueron capaces de meter un gol en un partido tenso, emocionante y en que los de la capital del Turia merecieron marcar. Todos los ingredientes en un partido de tradicional rivalidad, que tendrán que dilucidar en quince días qué equipo valenciano estará presente en la final de Göteborg. El juego al primer toque de los villarrealenses y la actuación de Vicente, por parte valencianista, fueron lo más interesante de un encuentro al que sólo le faltó el gol. Presión y más presión. Los dos equipos salieron con el guión aprendido y cada uno sabía perfectamente lo que tenía que hacer: apretar con dos jugadores al contrario para que suelte el balón rápido y achicar los espacios. Tanto Villarreal como Valencia aplicaron estrictamente las órdenes de los técnicos hasta que los jugadores se percataron de la existencia de la portería contraria. Diez minutos tardó el Valencia en mostrar sus intenciones a los castellonenses. Y lo hizo Vicente, una auténtica pesadilla durante todo el partido, en una doble ocasión. En la primera, Baraja se convirtió en extremo y centró desde la izquierda para el remate del llegador Vicente. Paró Reina. La segunda, un rechace que empalmó el extremo y se marchó fuera. Pero el Villarreal despertó. Belletti dio el primer aviso con un tiro desde fuera del área. Battaglia telegrafió un pase, Riquelme -¡cómo manejó al equipo!- lo dejó pasar para que Anderson, muy lento, se dejara quitar el balón. Los de Paquito siguieron intentándolo, pero ni Riquelme ni Roger pudieron perforar la portería de Cañizares. El juego alegre, abierto por las bandas, continúo en la segunda parte. Mientras, el Valencia, poco a poco, se iba apoderando del encuentro y llegando con mayor claridad a la portería de Reina, aunque el marcador no varió hasta el final.