La Cultural avala su presencia en la élite tras vencer al Salamanca (2-1)

La supervivencia es el impulso dominante en el hombre; también en el deportista. De esta manera se explica que la Cultural, que llegaba a la última jornada acuciada por la urgencia del descenso, dependiente de sí misma, tirara de su mejor versión para permanecer en División de Honor tras vencer al Salamanca, un equipo apeado de la tercera plaza del grupo (la última que da acceso a jugar la Copa del Rey) en el último esfuerzo. Quizá es que los pies están más cerca y el cielo más lejos. La astronomía es una ciencia, por lo tanto: incompleta. Los leoneses apelaron a su carácter más ofensivo y lograron componer el mejor bloque de la temporada, el armazón más completo, detrás del que esconder su portería y buscar los llanos que los charros abandonaron a la indolencia. Aller se calzó el mono, Galán decidió que la camiseta era de su talla (grande) y la línea de tres que ejerció por delante: Javi Medina, Esaú y Jesús aprovecharon la confusión creada por la cercanía de Murci a los dos metros de altura. Siempre auspiciados por la clase de manejo de los espacios de la zaga. En cambio, los charros dieron la impresión de un conjunto soso, subido al trono de su posición como un infante mal criado que fuera de palacio se viera indefenso. No acreditó su estatus y tan sólo en los veinte minutos finales dio la impresión de que en el baile la música también tocaba para ellos, aunque ya era tarde para marcar el compás. Jesús abrió el marcador al transformar un penalti que buscó él mismo (min 40) y Esaú dejó para el segundo periodo algo de emoción tras fallar el 2-0 antes del descanso. Fue solamente una moratoria que los culturalistas concedieron al cuadro visitante, que antes de que se cumplieran cinco minutos de la reanudación veían como Gelo remachaba a las mallas una serie de desatinos de sus compañeros de avanzadilla. Los cambios del preparador salmantino no ayudaron a confundir a los leoneses y el tiempo se fue sin remedio por el sumidero. A falta de diez minutos, los charros se volcaron y la Cultural se acogotó. Esto dio la sensación de que había enfrentamiento, no tanteo, más si cabe con el gol de Díez. Pero ya era tarde. El tren de División de Honor se quedaba en la estación leonesa.