Diario de León

La diferencia entre la Deportiva y el líder estuvo en la definición (2-0)

El Atlético B llegó dos veces y marcó dos goles, mientras los bercianos siguen gafados arriba

El central rojiblanco Povedano se lleva un balón ante Javi Peña de forma espectacular

El central rojiblanco Povedano se lleva un balón ante Javi Peña de forma espectacular

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Ramón Díez - enviado especial | madrid
León

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La Deportiva perdió en Majadahonda por los mismos defectos que viene acusando durante toda la temporada. El Atlético B, como la práctica totalidad de aquellos que han noqueado este año a los blanquiazules, no demostró sobre la alfombra del Cerro del Espino ser mejor equipo que el de Tomé, pero la diferencia está en que Pepe Murcia tiene en su escuadra gente resolutiva ante el marco rival, como puedan serlo Toché o Arizmendi y el técnico leonés debe recurrir a Sergio Gámiz para encontrar al máximo goleador en su formación. Esa es la clave del partido, ni más ni menos. Lo que se quiera añadir es sólo literatura, aunque para escribir el texto que ilustra la historia acaecida ayer en Madrid, se hace necesario un capítulo expresamente dedicado al horrible colegiado canario Suárez Betancourt, que terminó siendo triste protagonista en un partido de guante blanco. El primer tiempo no tuvo apenas nada que contar, ni en lo deportivo ni en lo arbitral, ya que no se registró ni una sola ocasión de gol. Estaba siendo un partido abocado al empate a cero, que para los bercianos habría resultado casi tan ineficaz como lo fue a la postre. Lo único reseñable en ese período fue un posible penalti de Fabios sobre Javi Peña, cuando el jerezano buscaba un balón aéreo dentro del área, pero en cualquier caso alejado del marco y de espaldas al mismo. Es el típico contacto muy difícil de sancionar para los colegiados. Pero la segunda mitad fue un puro dislate por parte del trencilla. Empezó su recital expulsando al local Raúl Medina que le duró sólo tres minutos en cancha. Le sacó la primera cartulina por no haber dejado que el auxiliar le controlara los tacos de sus borceguíes. Y tres minutos después, por un tontería le enseñó la segunda. Patético. Como había que compensar, después expulsaría a Nistal por pedir desde el banquillo otra pena máxima sobre Javi Peña, muy similar a la de la primera parte. No contento con ello, después echó a Larios tras haber sufrido una falta y de quitarse de encima al jugador que la cometió. Fue una roja directa que insulta al espíritu futbolístico, porque no tiene ni pies ni cabeza. A todo esto, los rojiblancos se adelantaron en la primera ocasión que crearon. Arizmendi, un delantero de superior categoría, se va de todos por la derecha y pone el balón a placer en poder de Toché con el llamado pase de la muerte, para que el ariete fusile a Rubio. A partir de aquí, la Deportiva se hizo con el control del partido, porque además jugó unos cuantos minutos en superioridad numérica, aunque acabaría con menos jugadores que el Atlético. Y eso porque en el tramo final, en una acción prácticamente calcada a la del primer gol, Toché se va de la zaga y realiza el pase de la muerte sobre Carlos. Éste no pudo rematar porque lo impidieron entre Toñín y Ribadulla, con la mala suerte de que el lateral cayó sobre el balón y el canario entendió que tocó el cuero con la mano de forma voluntaria, decretando un penalti que sólo vio él y que dejó perplejo hasta al público local. Toché materializó el tanto, firmando su quinto tanto de la temporada contra la Deportiva, ya que también anotó los tres de los colchoneros en el Toralín. Tras esa acción del penalti, Jechu fue amonestado por protestar y sólo cinco minutos más tarde, le enseñó la segunda por una falta que no la merecía, por lo que los bercianos quedaban con nueve jugadores, aunque para entonces ya poco importaba. Los rojiblancos celebraban en las gradas su clasificación matemática para la promoción y los de Tomé lamentaban su infortunio un domingo más. Brasi lanzó al poste con media hora todavía por jugarse y luego el balón acabó en manos de Lledó, que se adelantó a Javi Peña. Cascallar pudo marcar también, pero su disparo cruzado se perdió junto al poste, desperdiciando las dos mejores ocasiones para haber empatado en ese momento.

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