León exhibe todo su poderío para ganarse un billete para La Casilla

Era un cara o cruz y salió cara. Y fue la mejor de las caras la que exhibió Baloncesto León, al arrollar de principio a fin al rival, con una excelente defensa y con un ataque en el que todos aportaron mucho. León ya mira con todo derecho hacia La Casilla. Será el próximo fin de semana, con el Bilbao como rival, en la disputa del cruce definitivo por el ascenso a la ACB. Y esa fue la palabra más repetida anoche en el Palacio: ACB. Pancartas y gritos aludían a la aspiración de León de retornar a la élite. Si era necesaria la grada, ayer no faltó. Vibró de principio a fin, pero buena parte de la «culpa» la tuvo un equipo que transmitió las mejores sensaciones en la pista. Y es que la única renta del Menorca fue su 0-2 inicial, respondido con un parcial de 10-0 que abrió la senda hacia la victoria para León. El rival apostó por exhibir su completo catálogo de defensas pero el resultado fue sólo positivo en algunas fases muy concretas. Y jugó sus bazas, con una presión constante sobre los árbitros, tanto por parte de Curro Segura desde el banquillo como por el base Salva Camps en la pista. Y es que el Menorca empezó a perder el partido en el primer cuarto desde la línea de tiros libres. Su principal aliado, en forma de errores de León en la segunda y tercera entregas, se convirtió en su principal enemigo. León empezó a hacer bueno su amplio banquillo desde el ecuador del primer cuarto y ninguno de los relevos rebajó el ritmo al equipo. Los exteriores de León frenaban bien al rival y por dentro el dominio era total. Sólo la precipitación de Davis, que necesitaba exhibirse ante la grada tras lo ocurrido en el segundo cuarto, frenó inicialmente su aportación. En el rival, Camps quería todos los balones, pero su ansiedad le llevó a cometer la tercera falta en el ecuador del segundo cuarto, lo que le llevó al banquillo. León había alcanzado entonces una renta máxima de 24 puntos (44-20), pero precisamente la salida de pista del base permitió al Menorca disfrutar de sus mejores minutos al ser cinco los jugadores dispuestos a jugar. Eso le permitió al equipo insular irse al vestuario 16 abajo (50-34). Tras el descanso, León erró cinco de sus seis primeras posesiones y el partido parecía que podría cambiar su tendencia, pero la defensa siempre es un aval para León. Y Higgins, que se había ido al vestuario con 13 puntos y nueve rebotes, se hizo el amo de la pintura del Menorca. Los balones le llegaban con fluidez y el rival sólo podía pararle con faltas, pero el hispano-estadounidense no erraba en los tiros libres. Los pívots del rival se habían cargado de faltas rápidamente y los cuatro tenían cuatro personales a falta de 1.12 para el final del tercer cuarto. Camps también cometió la cuarta falta y sólo la condescendencia de los árbitros le privó de recibir una técnica ante sus incesantes protestas. Con veinte puntos de renta para León arrancó el último cuarto, mientras la grada celebraba ya la victoria. Hubo un intercambio de triples y una fase de desaciertos de ambos conjuntos, pero el reloj avanzaba favorable para León. Y de nuevo fue Urtasun el que puso la puntilla con un triple que recuperó la renta máxima de 24 puntos. El Menorca insistía en buscar los triples, pero la ventaja incluso batió nuevos récords, incluidos los treinta puntos (94-64) a falta de un minuto. Y Camp dejó la cancha por su buscada técnica, mientras sonaba el tradicional «Paquito chocolatero» seguido por toda la grada. El base fue despedido por la grada, porque fueron cientos las manos que le dijeron «adiós». Aún hubo tiempo para Javi Llorente y Mario Díez, y para una técnica al banquillo del Menorca. Gritos de «oe, oe» y «León» inundaron el Palacio, hasta que el equipo salió de nuevo a saludar. Ahora, a Bilbao.