Ademar pone en peligro la Copa de Europa y el segundo puesto

Ademar León dependerá de un triunfo en Huerta del Rey el próximo sábado para no quedar fuera de la Copa de Europa, y, por ende, para mantener el segundo puesto en la clasificación final (objetivo que se convierte ahora en asunto secundario), aún llegando a la última jornada de la competición regular en la mejor de las disposiciones, segundo. Un mal arranque de partido ayer, arruinó las expectativas de la última jornada del año en cancha propia, y posiblemente, un triunfo en la pista del BM Valladolid sea la única fórmula para dar decoro la campaña, de no mediar otros resultados que favorezcan al conjunto leonés. El combinado marista cometió el pecado capital de conceder la iniciativa en los dos minutos y medio iniciales al rival, y a pesar de que el choque entró en el último suspiro con igualdad, y de la misma forma que a lo largo del partido, no fue capaz de romper la tónica de mando en la que metió Portland el partido, tampoco en las acciones finales del choque fue capaz de dar la vuelta al marcador. Los tres primeros minutos dibujaron un panorama de papeles cambiados. San Antonio se zambulló en la pista aguerrido, seguro de sí mismo, y a través de la fortaleza en defensa y de una inusual habilidad para dar velocidad al ataque (1-3) tomó el mando del operativo. De las tres exclusiones que sufrió el campeón de la Recopa en la primera mitad, dos las salvó sin castigo en el marcador, y en la otra, solamente bajó en un tanto su diferencia. Para encontrar el primer empate del envite hubo que esperar 12,48 minutos (7-7), para que Pamplona tomará de nuevo el +2 en el que vivió prácticamente todo el partido, sólo fue cuestión de dejar correr el crono cuatro minutos escasos más. Ni la portería de León rondaba sus mejores registros con Kasper bajo palos, ni había forma de encontrar solución a la inmensidad humanidad de Vladimir Rivero bajo palos. Del 3/18 que registró el marco local al 6/20 forastero, mediaba un mundo, más que por los propios números del marco en sí, porque hasta entonces, San Antonio sólo había atacado sin gol en 3 de sus intentos, por los 11 de casa. Lo que no contaron las cifras es que las dudas en las posibilidades de victoria, vestían el escudo leonés. El elefante navarro siempre se mueve más seguro en las situaciones complicadas, lento pero firme, y ayer no fue una excepción. La segunda parte caminó por los mismos lindes de la primera. León salía en superioridad por exclusión de Alberto Martín, y con idéntico castigo a Vatne, dio la vuelta al tema de las superioridades. Aún así, la única vez que el partido conoció al bloque de casa por delante en el marcador (17-16) duró medio minuto escaso, y a partir de ahí, la rueda de rotaciones buscó desde el banquillo las soluciones que no halló el juego dentro de la cancha. Así, Olsson salió al paso de los bajos porcentajes de Metlicic (3/7) para asumir la responsabilidad de tomar el peso del equipo, ahora con un gol en contraataque, después lanzándose al suelo como un junior a por balones de rechace, después lanzando en situaciones comprometidas... Un ejemplo. Pero a la buena voluntad de Staffan no se le sumó un número más elevado de efectivos, a la vista de que el sector joven del banquillo (Perales, Curuvija o Prendes) no iba a tener opción de levantarse de la banda. A la salida del único guarismo favorable al bloque leonés, un parcial 1-5 (18-21) mandó el partido al momento más crítico del choque. La grada se convirtió entonces en el sexto jugador y de la mano de Juanín (23-23) la tarde volvió a la tónica de igualdad en la que andaban las cosas. La aparición de Jorge bajo los palos fue testimonial, porque en dos suspiros, Cadenas retomó la decisión inicial y devolvió a cancha al danés. Final apretado pero inútil Y en eso, llegaron los últimos cuatro minutos de partido (26-26). Zuppo Equísoain pidió el tiempo muerto postrero, a la búsqueda de una solución para ganar el partido, y se encontró con que todas sus intenciones chocaban contra la defensa marista, como lo hizo Jovanovic provocando una falta en ataque que quedó neutralizada a los efectos de la posterior exclusión a Héctor. Lakenmacher, un extremo ofrecido sin éxito en su día al Ademar, (26-27) recuperó la delantera en el tanteador para su equipo, pero Raúl Entrerríos perdió un balón del que de nuevo volvió a dar cuenta el extremo izquierdo alemán (26-28). Con un panorama novedoso de cinco contra cinco, por exclusión de Alberto Martín, Metlicic acortó distancias (27-28) y en la bola de sentencia, Boessen mandó la pelota a las nubes. Que Manolo Cadenas parase el tiempo no fue garantía de éxito para la jugada. León decidió jugar el último ataque sin portero, para ganar un hombre de cancha más, pero el lanzamiento erróneo de Kjelling (6/13 en el partido) acabó con el asunto, y dejó la sentencia en puertas de la última jornada.