Los juveniles españoles perdieron la final ante los anfitriones franceses

Aunque fueron mejores que la potente Francia durante gran parte del partido, los juveniles españoles se quedaron otra vez en puertas del título europeo por culpa de dos errores de concentración, uno en el arranque y otro en el final del partido (2-1). Los niños habían perdido este año las finales del Europeo sub-17, Mundial sub-17 y Mundial sub-20, y de nuevo cayeron en la primera de estas categorías. Cesc, el gran capitán, se echó una vez más el equipo encima, pero su aportación no fue suficiente. La final no pudo comenzar peor para los chavales de Santisteban, ya que encajaron un gol en la primera jugada del partido. Salieron adormilados y Constant sorprendió con un remate fácil dentro del área, impensable en una final aunque sea de juveniles. Durísimo golpe para un equipo que se enfrentaba al anfitrión, un combinado rocoso, que se mostró más centrado.