La masa atlética se envuelve en la pancarta de «Hasta siempre, presi»

El minuto de silencio más respetuoso y emotivo que se recuerda a orillas del Manzanares, acompañado por los acordes del Himno a los caídos y con los jugadores locales unidos en el círculo central, precedió a una sentida y prolongada ovación de los 50.000 atléticos que acudieron este domingo a su templo para ver a su mal equipo contra el Zaragoza y, sobre todo, homenajear a su fallecido ex presidente, Jesús Gil y Gil. Tras los aplausos más sentidos y con el partido ya comenzado por orden del catalán Téllez Sánchez, los indios se arrancaron con el ya célebre «Y tal y tal y tal...», cántico siempre asociado a quien durante 17 años gobernó al Pupas . En el palco de autoridades, una corona de flores ocupaba el asiento de la fila 0 habitualmente ocupado por Jesús Gil, cuya foto aparecía en los videomarcadores. Los rostros de algunos miembros de la familia Gil, que pese a su inmenso dolor acudieron fieles a su cita bisemanal, dibujaron su perfiles más dolorosos. Con los ojos humedecidos, Miguel Ángel Gil Marín, director general del club, daba las «gracias de corazón a todos los atléticos» y destacaba que allá donde esté, seguro que su padre se «sentirá orgulloso del cariño mostrado por su gente». No hubo lleno absoluto, pero todos los sufridores colchoneros presentes recordaron con cariño al controvertido Gil y vivieron la tarde con inusual recogimiento. En los prolegómenos, desplegaron una gran pancarta con fondo negro de luto en la que podía leerse: «Jesús Gil, D. E. P.». Mientras, desde el primer anfiteatro del Fondo Sur caía una gran pancarta con un dibujo del dirigente fallecido. Justo antes de comenzar la segunda parte, lanzaron al cielo azul un sinfín de papelitos blancos, «uno por cada latido». La contraportada de la revista rojiblanca resumía todo lo sentido: «Hasta siempre, presi».