Diario de León

El Atlético de Madrid dice adiós a Gil metido de pleno en su leyenda

El Zaragoza voltea el marcador con dos goles en el 92 y saca a los madrileños de la Uefa

El fondo sur desplegó en la segunda parte una pancarta y un gran panel para homenajear a Jesús Gil

El fondo sur desplegó en la segunda parte una pancarta y un gran panel para homenajear a Jesús Gil

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Ignacio Tylko - madrid
León

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Ni siquiera con su ex presidente recién enterrado y ante un Zaragoza ya salvado, el Atlético fue capaz de cambiar su leyenda de pupas y se alejó casi de forma definitiva de la Copa de la Uefa tras perder un partido increíble en el descuento, merced a dos goles del paraguayo Toledo. Los rojiblancos habían jugado rematadamente mal, pero ganaban por un gol a cero gracias a un disparo de Nano mediada la segunda parte. Saboreaban un triunfo, quizá injusto por merecimientos, que les mantenía en Europa. Pero en eso apareció por ahí un paraguayo con aspecto de despistado y cerró la penosa tarde para los atléticos. Minuto 20 de la segunda parte. El Atlético era un alma en pena. Nano, empero, se aprovecha de la brega de Nikolaidis, recibe un balón de oro y lo coloca con la zurda lejos de Valbuena. El ex azulgrana mira al cielo, levanta el dedo índice y, emocionado, se lo dedica al fallecido Jesús Gil. Hace pina con sus compañeros. Los rojiblancos vencían en ese momento a su estado de ánimo, a un Zaragoza superior que sólo se jugaba la profesionalidad al estar ya salvado, y seguían instalados en zona Uefa, a falta de una jornada. Nada, salvo la historia, la curiosa tradición colchonera, hacía presagiar el final que llegaría. Ni siquiera se lo creían los maños, que apenas festejaron sus goles y al término del duelo se abrazaron a los madrileños, como pidiéndoles perdón. Quizá sobrecogidos por la muerte de su presi , los rojiblancos salieron completamente agarrotados, atenazados, incapaces de dar tres pases seguidos y engarzar una jugada de cierto mérito. Los desmarques de Torres no hallaban respuesta. Sin ser nada del otro mundo, el Atlético mejoró sus prestaciones. Pero tras ese gol de Nano cometió el imperdonable error de creerse que todo estaba acabado. El «y tal y tal y tal» volvió a escucharse con fuerza en el Calderón, pero acabó con una monumental pita.

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