La Deportiva despacha al Talaveraen sólo media hora de inspiración

La Sociedad Deportiva Ponferradina terminó la temporada dejando un buen sabor de boca a sus incondicionales, a costa de un Talavera que llegó al Toralín sin ningún objetivo por el que pelear. Los locales sólo tenían uno, que consistía en agradar a sus incondicionales, después de tantos fiascos en el terreno de juego en el que se disputó el partido. Era lo único que les quedaba después de que el Fuenlabrada hubiera metido matemáticamente a la Deportiva en la Copa del Rey, goleando al Zamora en jornada matinal. Y lo consiguieron en un partido carente de tensión que empezó a resolverse desde bien pronto. Brasi pudo inaugurar el marcador después de una gran jugada que había iniciado Larios, con una soberbia asistencia para Borja que el jerezano aprovechó para servir a Brasi, rematando éste a placer, apareciendo la pierna del meta David Pérez de forma providencial para rechazar a córner lo que ya se cantaba como el primer tanto del partido. No pasaría mucho más tiempo antes de que ese primer gol se hiciera efectivo. Una brillante acción individual de Brasi, yéndonse por la izquierda, en posición correcta, le permitió llegar a la línea de fondo para efectuar el llamado pase de la muerte sobre Igor González, que había acompañado la jugada y el vasco sólo tuvo que empujar a la red desde el punto de penalti. Brasi tenía ayer la posibilidad de auparse al primer puesto de los goleadores, por lo que intentó buscar una diana, aprovechando que la obligada baja de Javi Peña minutos antes de arrancar la contienda, le brindó la oportunidad de actuar como titular, cuando figuraba inicialmente entre los suplentes. Eso posibilitó también que el gallego Álvaro, que estaba en la grada, ocupara un lugar en el banquillo. El caso es que Brasi buscó el tanto desde 25 metros con un zurdazo que repelió el travesaño, cuando David Pérez estaba ya superado. Sólo dos minutos después, la Deportiva incrementaría su cuenta anotadora en otra acción que también tuvo su origen en las botas de Luis Larios. Su cesión a Igor en la frontal, permitió al vasco poner el balón para que Lanza, que venía de atrás, chutara con fuerza con la pierna izquierda, haciendo inútil la estirada del meta talaverano. A partir de ese instante, se relajaron algo los de Tomé y el Talavera aprovechó para estirar líneas, apareciendo entonces la figura de Manolo Rubio, que certificó su gran calidad en el último partido de la temporada. El madrileño sacó dos balones de Ismael y Sergio, que bien podían haber permitido a los toledanos acortar las diferencias. La segunda mitad ya fue más distendida con dominio territorial a cargo de los locales y con un Talavera tratando de hacer al menos el tanto del honor. Se acercaron los de Trigueros, pero otra vez Rubio se mostró infranqueable actuando casi como defensa libre en varias ocasiones. Por los locales, sería de nuevo Brasi el que probó fortuna, pero se topó otra vez con la fenomenal respuesta del guardameta David Pérez. El ex jugador del Sporting se mostraba bastante activo, pero el gol seguía negándosele y con el paso de los minutos las ocasiones de peligro fueron desapareciendo en ambas porterías. Tomé aprovechó entonces para dar minutos a algunos de los suplentes, retirando del campo a los renqueantes Gámiz y Soto, así como a Borja Ferrer. Sus lugares los ocuparon Cascallar, Toñín y Gonzalo, que llevaba muchos partidos sin contar con oportunidades. También aprovecharían el descafeinado segundo tiempo los fieles seguidores locales, conocidos como Frente Norte, para ir vitoreando desde su posición a todos y cada uno de los jugadores que han formado parte de la plantilla blanquiazul esta campaña, incluyendo en esa relación de ovacionados al técnico Tomé. En el tramo final, una gran acción de Gonzalo mereció premio, pero tras zafarse de su oponente dentro del área, el canterano remató desviado. Y así se acaba la historia de un año que acaba con un premio menor, como es la Copa del Rey.