Esta vez el día negro fue en casa

Fueron varios partidos durante esta temporada pero siempre lejos del Palacio de Deportes. Citas en Plasencia, Inca o Granada al inicio de la campaña o al final en Los Barrios, Tarragona o Cáceres, en las que al equipo de Ángel Jareño le faltó algo para mantenerse en la pista. Y anoche se pudo ver en el Palacio. Jareño lo había analizado reiteradamente: «Cuando no metemos fácil se nos debilita la defensa y el aro se nos va empequeñeciendo poco a poco». Y quizás sea el mejor resumen de lo ocurrido ayer en el último partido que zanjó prematuramente la temporada. León se fue con sólo 22 puntos al descanso, al sumar siete en el segundo periodo. Era un precio caro pero el equipo aún exhibió su garra y su casta para pelear hasta el final sin ninguna recompensa. Ayer volvió a faltar su mejor referencia en la pista. Onyekwe, el máximo anotador de la LEB -una media de 189,3 puntos-, tercero en valoración -22,3- y mejor taponador -2,8 de media- estaba desaparecido. Su mó cuatro puntos y dos rebotes y se fue con un menos cinco de valoración. Su compañero de viaje, Davis, mientras le duró el fuelle sumó doce puntos y once rebotes. Pero tuvo que irse al banquillo, inicialmente para tomarse un respiro en plena remontada, y después literalmente agotado. Higgins cumplió con su papel y Martín apenas intervino. Mientras en el exterior, León estuvo muy pobre hasta el descanso al intentar frenar los triples -sumó siete- del Bilbao. Y a la hora de anotar volvieron a faltar, como ya ocurrió en los dos primeros partidos, tanto Urtasun y Paco Martín. La defensa sobre ellos era extenuante pero cuando tiraron solos tampoco tenían su día. Julio y Charli tiraron del carro a rachas, y Pepe no tuvo tampoco su mejor día, mientras Urreizti cedía su puesto de defensor sobre Salgado para intentar frenarlo.