La Cultural recobra la vida para el ascenso a costa de golear al Celta (3-0)

Con la victoria del Lleida en el campo del Pájara Playas afrontó la Cultural el debut en casa en la liguilla de ascenso a Segunda División. El equipo leonés partió con la necesidad de sumar los tres puntos en litigio para que la ventaja tomada por el líder del grupo menguase. Desde el primer minuto, los dirigidos por Sánchez Aguiar tomaron el control del partido. No quisieron especular con el resultado. Fueron directamente a por el partido. Pero las prisas iniciales supusieron nervios para los culturalistas. El visitante Pablo se convirtió en el catalizador del juego de su equipo. Ofreció dos balones espléndidos en los primeros siete minutos. Primero a Nacho Franco y después a Jonathan Aspas, que no encontraron portería, aunque el del segundo, tras despeje de Rafa, el balón fue repelido por el poste derecho de su portería. Sin embargo, sólo fueron fuegos de artificio, porque la Cultural se hizo el amo del encuentro, con acciones propicias para inaugurar el tanteador. Con el reloj en el cuarto de hora, Rubén Suárez estuvo atento para rematar el servicio de Paulino a la red del portero visitante José Juan. La explosión de júbilo inundó el estadio leonés. El gol sumó, al contrario de lo que sucedió durante el campeonato regular. El cuadro leonés siguió con su juego ofensivo, sin defender el gol a favor. Las situaciones de llegada sobre la portería celtiña se sucedieron. Cuatro minutos más tarde, Paulino acertó a alojar en las redes contrarias una excelente combinación de ataque. El dos a cero, con más de setenta minutos por delante, pareció dejar el partido listo para sentencia. La afición se echó encima del bloque culturalista. La fiesta de los goles del campo se trasladó a las gradas. La Cultural se convirtió en el único equipo que existió sobre el césped y el que buscó los tres puntos. Pese a los dos goles de ventaja para los leoneses, Sánchez Aguiar insistió a los suyos para que abrieran el juego por las bandas, sobre todo por la de Fran, que fue el encargado de ser el alma del bloque en tareas ofensivas. Las penetraciones del interior zamorano por el carril derecho pesaron en la defensa visitante con excesiva contundencia. Las faltas sobre el zamorano se intensificaron. El dominio de los locales pasó a ser agobiante, hasta que el filial del Celta comenzó a tocar el balón en la zona ancha. Los gallegos, entonces, pasaron a controlar el juego desde la línea de medios. Se hicieron con varias situaciones de gol, que por bisoñez, no llegaron a aprovechar. Rubén Vega, en tiempo de descuento, dispuso de la oportunidad de noquear el choque, pero su disparo lo repelió el cancerbero José Juan a saque de esquina, cuando desde la grada ya se cantaba el tercero, que hubiera sido definitivo. El tiempo de descanso otorgó cumplimiento para variar las disposiciones tácticas de ambos entrenadores. La Cultural saltó con la idea de ampliar el resultado por aquello del golaverage, que puede ser muy necesario en una fase tan corta como la liguilla de ascenso. El Celta asomó con un juego equilibrado en la parcela ancha, que redundó en algunas llegadas hacia los dominios de la portería defendida por Rafa. Sin embargo, la Cultural defendió con orden y seguridad su portería, sin concesiones al rival. Tras llevar la iniciativa el filial celtiña, el equipo leonés dominó la contra, que culminó Paulino, muy listo, para cerrar un encuentro que ya estaba muy encarrilado para el conjunto leonés. El encuentro, con un tres a cero, careció de más protagonismo que el que quisieran desempeñar ambos conjuntos para agrandar o maquillar el resultado, según la capacidad de ambos equipos contendientes. El Celta pasó a dominar el centro del campo, más por planteamiento de la Cultural que por acierto de los visitantes. Los minutos transcurrieron sin que ninguno de los dos equipos convirtiese en gol sus respectivas acciones ofensivas. El entrenador visitante, Javier Tomé, dosificó el plantel en la segunda mitad, con el objetivo ineludible de otorgar frescura en una zona carente de disposición conforme se sucedieron los minutos de partido. El conjunto leonés se limitó a marcar su zona, sin que la portería de Rafa pasara por agobios innecesarios. Las acciones de los vigueses se volvieron continuadas, pero sin el peso específico en cuanto a la materialización de las jugadas. El conjunto leonés cerró muy bien el centro del campo, para salir en rápidas contras sobre los dominios del área viguesa, que defendió su zona sin grandes sustos, porque la Cultural prefirió fortalecerse que abrir aún más su juego, con la posibilidad de una sorpresa no deseada en forma de gol. El entrenador culturalista, Sánchez Aguiar, en el último cuarto de hora de partido, ante la presencia más ofensiva de los visitantes, otorgó la confianza a Raúl Ibáñez. La velocidad del punta valenciano se convirtió en el último cartucho para tratar de ampliar un resultado muy favorable, por aquello de que los goles puedan servir para consolidar un ascenso, que en la tarde de ayer puso la primera piedra. La primera final para la Cultural, de las cuatro que restan, significó tres puntos vitales.