Adiós con el corazón

AL FIN CONCLUYÓ el campeonato liguero y no pudo hacerlo de manera más aciaga en su última jornada. Los dos conjuntos leoneses que se jugaban algo vieron hechos realidad sus peores augurios y es que el Promesas Ponferrada, a pesar de su victoria, se quedó compuesto y sin eliminatorias de ascenso. El Atlético Bembibre dijo adiós a la categoría tras su derrota en La Dehesa y deja de ser uno de los históricos en la Tercera. La próxima temporada el fútbol provincial seguirá contando con cinco equipos ya que la plaza del club rojiblanco será ocupada por el debutante Huracán Z de Trobajo del Camino que brillantemente ha conseguido el ascenso. El Promesas Ponferrada ha concluído la temporada con un rotundo fracaso y es que ni siquiera pudo rozar su objetivo. Un conjunto que dispone de medios, infraestructuras y se refuerza a mitad de campaña no puede fallar. El resultado ha sido un cúmulo de circunstancias que su presidente deberá analizar y sacar conclusiones. De nada valen las lamentaciones. No se pueden tener más oportunidades que el «Platanito» y desaprovecharlas por sistema. Jugar a contrarreloj no da resultados positivos. El conjunto berciano está donde está por deméritos propios y virtudes ajenas. El Atlético Bembibre, quien le vio y quien le ve, jugó con fuego y terminó abrasado, y aunque en años precedentes pudo evitar la tragedia, en esta, con todo a su favor para repetir la hazaña, se consumó. Cuando no se corrigen los errores la debacle está asegurada y de nada valen las lágrimas ni el pudo ser y no fue. El descenso hay que asumirlo y todas las partes son culpables: directiva, entrenadores, por supuesto jugadores, y hasta la institución municipal. A partir de ahora hay que recapacitar, preparar la próxima temporada y caminar todos en la misma dirección para retornar lo antes posible. La Cultural B ha finalizado la campaña con poderío. La buena segunda vuelta realizada tanto en juego como en resultados ha quedado patente y más en los enfrentamientos con los rivales de postín. Parte de ese mérito tiene su director de orquesta, el debutante Eduardo Álvarez. Ahora comenzarán los movimientos y la política deportiva del club puede obligar a decir adiós a un buen número de futbolistas. La Hullera concluyó los deberes esta temporada y eso que la última parte de la competición es para pasar página. Este club tiene que empezar a pensar que es lo que quiere, si continuar con la rutina o aspirar a algo más que a la simple permanencia. La Bañeza dijo adiós al calvario en que se convirtió la recta final de la Liga. La directiva, con su presidente a la cabeza, deberá coger el toro por los cuernos y elaborar un verdadero proyecto que sepa ilusionar a la plantilla y a la ciudad.